Juliet Mills y Jack Lemon nadaban desnudos en el Tirreno en aquella escena censurada de Avanti!. Un canto a la permisividad de los pueblos de veraneo del Mediterráneo en los 60. Y también a esa identidad impostora –más libres, felices y divertidos– que todos tenemos durante las vacaciones. ¿Qué ocurrió entre tu padre y mi madre? es como se conoce en español esta obra cumbre de Billy Wilder que transcurría en la isla más grande del golfo de Nápoles. Cuando las estancias prolongadas para “tomar las aguas” todavía estaban de moda entre las carteras abultadas.
Hoy, las nóminas mileuristas también tienen la posibilidad de llegar a este paraíso: en concreto volando a Nápoles con Iberia Express y tomando un barco en el puerto: el traghetto o el aliscafo, según lleves coche o sólo tus bártulos, respectivamente. Después de una hora, hora y media de viaje y entre 15€ y 25€ por trayecto, atracarás en Ischia Porto. Cuarenta años después del film, Ischia conserva ese encanto neorrealista, la inmutabilidad del paisaje y, por supuesto, el Grand Hotel Excelsior, lugar donde se alojaban los protagonistas y hoy apellidado Terme, como la mayor parte de los de la ínsula.
10:00 Hemos llegado… Y, ¿ahora qué?
Probablemente cualquier guía turístico te enviaría directamente al Castillo Aragonés, construido por el rey Alfonso V en el siglo XV -sí, esta isla fue española-. Pero nosotros te recomendamos que tomes el autobús CD o CS y huyas hasta la otra punta del atolón, a la bahía de Sorgeto, la gran terma natural. Si el bus te da pereza y te sientes generoso, también puedes llegar por unos 40€ en taxi.
Bájate en Panza, una colorida pedanía de la localidad de Forio. Cómprate unos escarpines de plástico y desciende unos 20 minutos por la carretera –de camino te encontrarás una panadería deliciosa, ¡haz un alto!- hasta llegar a los 200 escalones que desembocan en la rocosa playa de aguas calientes. Las vistas desde el sendero no tienen desperdicio.
11:30 ¡Chapotea feliz en el agua!
Los lidos en Italia suelen ser coto privado de chiringuitos y hamacas. En el caso de Sorgeto, el espacio es reducido y está dominado por el bar La Sorgente. Aún así, deja en los laterales sitio para plantar sombrillas y toallas al vulgo. Desde las pasarelas construidas sobre las rocas puede accederse al agua. Las piedras forman una especie de pequeños jacuzzis naturales en los que el agua caliente se junta con la marina. No olvides esos escarpines, los resbalones no perdonan.
La estructura de madera de La Sorgente es a la vez lugar para tomar el sol -25€ dos hamacas y parasol durante todo el día- y para degustar pescado fresco de la zona por unos 25€-30€ de media. Bañarse abre mucho el apetito: los chipirones y el pulpo a la brasa, deliciosos. Y de postre, apertas, un cóctel a base de Campari y cedrata, un refresco de limón dulce.
17:30 ¿Desandar el camino? ¿Cuesta arriba? ¡No, por favor!
Las horas van pasando, tu piel ya está bronceada y no quieres llegar tarde al barco de vuelta. Sólo pensar en subir los 200 escalones con ese calor, te desintegras. Te sugerimos tomar el genial taxi barca, que por 5€ por persona te transporta al turístico y encantador puerto de Sant´Angelo. Está lleno de heladerías, ristorantes y tiendas de moda veraniega: croché, flecos y estilo ibicenco como tónica predominante.
Rumbo al autobús de regreso hay un quiosco de zumos. Pídete un misto de naranja y limón. ¡Fresquísimo!
19:00 ¡Atrapados en la isla!
Una vez en Ischia Porto, la ventanilla de los tickets espera. Los flashes de Capri han relegado esta isla a un segundo plano turístico por lo que no piensas que esto pueda suceder: ¡No hay sitio en ninguna de las venideras embarcaciones y toca aguardar hasta mañana!
Lo mejor para casos como éste es llevar siempre tu aplicación de Destinia contigo y no perder los nervios. El Hotel Termal Villatina espera por 57€ a escasos 15 minutos andando. Son las 20:00 y aún da tiempo a darse un chapuzón. Palmeras y una arquitectura muy kitsch en la que, como si de una especie de Melrose Place se tratase, las puertas de las habitaciones rodean la piscina.
22:00 La última cena
Te das una ducha y con lo puesto te acicalas para ir a cenar. Hileras de veladores con diferente oferta culinaria copan el paseo marítimo de un lado; del otro, colosales y lujosos yates. I Ricci es el restaurante escogido. Apuesta por el muy típico “crudo x 2”, marisco sin ningún tipo de cocción ni marinado: gambones, gambas, navajas, erizos y ostras, todo autóctono excepto las últimas. Su sabor no tiene nada que envidiarle al atlántico. Para completar pide una ensalada caprese: tomate, mozzarella y albahaca fresca. Y escoge un vino blanco de Campania para acompañar, sólo en la región hay 19 denominaciones de origen diferente.
24:00 Buenas noches
Toca volver al hotel y levantarse para coger el primer barco de la mañana: ¡con esta cena, la aventura ha merecido la pena!