La isla volcánica de Canarias, Lanzarote, es uno de los destinos más mágicos de las Islas Canarias, y no sólo porque dicen que andando por sus lindes, te sientes en Marte. Te sorprenderán sus idílicas playas de arena dorada, sus bonitos pueblos con casas blancas, sus animados mercadillos y las obras arquitectónicas del genial arquitecto César Manrique. Vivirás la isla de noche en sus bares y locales, y de día puedes aprovechar para hacer deporte y excursiones sin olvidarte de sacar tiempo para descubrir uno de los mayores secretos de Canarias, La Graciosa. ¿Lo dejamos todo y nos escapamos a Lanzarote?
Pionero en la importancia de respetar el entorno y la ecología en los proyectos de arquitectura, el hijo ilustre de la isla de Lanzarote, César Manrique, realizó sus mejores obras en la isla, siempre cuidando su idílico entorno natural.
Para ver estas obras te aconsejamos que te acerques primero a su Casa Museo en Haría, al norte de la isla y a su fundación a unos pocos kilómetros, en Tahiche, donde se expone su obra pictórica y escultórica. Siguiendo las indicaciones del arquitecto, esta edificación está hecha respetando la naturaleza volcánica y las burbujas de una colada volcánica. ¡No te dejará indiferente!
Quizás su obra más conocida -y uno de los lugares más visitados de la isla- sean los Jameos del Agua. Un lugar único en el mundo en el que César Manrique supo ver la magia más natural.
Otra obra del arquitecto en la isla es el Monumento al Campesino, homenaje a los trabajadores del campo que cuenta con una típica casa lanzaroteña y un Monumento a la Fecundidad, una escultura de quince metros de altura creada a partir de antiguos tanques de agua de barcos y objetos de hierro y hormigón ensamblados, uno de los símbolos iconográficos de la isla.
Si te gusta la naturaleza desértica, visita el Jardín de Cactus, otra de las intervenciones de Manrique en Lanzarote. Está situado en el municipio de Teguise en Guatiza, donde una antigua cantera acoge alrededor de 4.500 ejemplares de más de cuatrocientas especies diferentes de cactus llegados desde de los cinco continentes.
Y no olvides acercarte hasta el Parque Nacional de Timanfya también llamado «Las Montañas del Fuego», el único parque de la red española de Parques Nacionales de carácter geológico y que apenas ha sufrido alteraciones humanas. Dentro del parque se encuentra el islote de Hilario donde te sorprenderá el efecto del agua sobre las bolsas en el subsuelo a gran temperatura y otra de las obras arquitectónicas de Manrique el impresionante restaurante El Diablo realizado en 1970.
Si eres un apasionado del deporte y quieres un destino único donde practicarlo y disfrutar del buen tiempo todo el año con un paisaje mágico, cógete un vuelo hasta la isla más septentrional de Canarias, Lanzarote, ya que éste será tu próximo destino deportivo.
En la isla canaria, el Atlántico ofrece un sinfín de oportunidades para practicar deportes de agua. El viento, las olas, los volcanes y la fauna marina de esta isla harán que tus días aquí sean inolvidables. ¿Prácticas surf? Te esperan las mejores olas de Europa. Y si te gusta montar en bici o el senderismo, elige alguna de las rutas preparadas para ello, y descubre los encantos de una de las islas con mayor biodiversidad del mundo.
En la isla de los volcanes, como se conoce a Lanzarote, también se celebran algunas de las mejores competiciones mundiales de deporte; durante todo el año hay numerosas regatas, competiciones de vela o bicicletas, carreras, triatlón, trail, torneos del golf e incluso competiciones de pesca deportiva.
Lanzarote es un lugar de unión de culturas y tradiciones muy diferentes, destacando la influencia de Andalucía, el punto peninsular más cercano, y la hispano-americana, marcada por Venezuela y Argentina. Esta diversidad cultural se ve en una gastronomía propia que cuenta con muchos más platos que las archiconocidas ‘papas arrugas con mojo’. No te vayas de Lanzarote sin probar, por ejemplo, sus premiados quesos majoreros.
Gracias al ingenio de anteriores generaciones, en la isla también encontramos vinos propios espectaculares con Denominaciones de Origen. Bodegas que se esconden en arenas volcánicas y que, en medio de su clima subtropical seco, cuenta con vinos de muy buena calidad y únicos en el mundo.
Para descubrirlos -y probarlos, claro está- hay varias rutas en la isla que te indican donde se encuentran estas bodegas. Unas de ellas, es ir hasta La Geria, donde se ubican varias bodegas y verás de primera mano estos viñedos tan especiales y catarás sus vinos. La Geria es el resultado del esfuerzo humano, unos hoyos de entre 1 y 1,25 metros de profundidad para alcanzar la tierra que se protegen con muros de piedra para crear un cultivo único.
Lanzarote ofrece muchos planes para que no tengas tiempo de aburrirte en tu escapada a la isla canaria y es que la isla de los volcanes es mucho más que sol y playa.
Si te gustan las compras, la isla cuenta con numerosos centros comerciales en los que darte algún capricho y también tradicionales mercadillos como el de la Villa Teguise. Este mercadillo de más de 600 años de antigüedad, se monta todos los domingos y es uno de los mercadillos más grandes de Europa, con más de 400 puestos. Aquí se puede conseguir de todo, desde ropa, artesanía tradicional, gastronomía típica o productos agrícolas. Mientras que está abierto puedes escuchar música en directo y ver bailes tradicionales canarios.
Otro de los mercadillos que no te puedes perder, es el del paseo marítimo de Marina Rubicón en Playa Blanca. Todos los miércoles y sábados se montan puestos que venden bisutería muy veraniega y souvenirs.
Si quieres escaparte a Lanzarote para desconectar de todo, la mejor propuesta que te podemos dar es hacer una excursión marítima. Relájate navegando por las impresionantes costas conejeras, parando en algunas de sus idílicas playas como Papagayo y bucear en sus transparentes aguas con una gran diversidad marina, e incluso disfrutando de un tentempié con productos de la isla en el barco.
En tus días en Lanzarote también podrás descubrir el mayor secreto de las Islas Canarias, una diminuta isla de apenas 29 km rodeada de aguas cristalinas, con casitas blancas y calles de arena, sin masificación turística, llamada La Graciosa. Se divisa desde diferentes puntos de la isla como el Mirador del Río, pero sólo se puede acceder en barco desde el puerto lanzaroteño de Órzola. ¡Un paraíso que no puedes perderte!
La isla de la primavera eterna esconde una variada vida nocturna, pero los locales se concentran principalmente en las localidades de Puerto del Carmen, Arrecife, Playa Blanca y Costa Teguise, así que tienes fácil averiguar cuál es tu local favorito para cenar y echarte unos bailes. Nuestra propuesta es Puerto del Carmen, la localidad más animada por las noches. Aquí hay numerosos bares y clubes donde la fiesta no termina hasta por la mañana. Echa un ojo a los bares de los alrededores de la Avenida de las Playas o El Varadero.
Además, Lanzarote organiza festivales que no puedes perderte si estás en la isla, como Arrecife En Vivo, Jameos Music Festival o Sonidos Líquidos. Echa un vistazo a la agenda, aquí.
Lanzarote esconde playas de película, de arena dorada y blanca –aunque pienses que serán volcánica, en la isla no hay más de seis con este tipo de arena y no están recomendadas para bañarse–.
Muy cerca del núcleo turístico de Playa Blanca, en el sur de la isla, se encuentra las playas de Papagayo, rodeadas por el Monumento Natural de Los Ajaches. Te llamará su cristalino mar, arena clara y sus rocas oscuras. Es ideal para practicar esnórquel y descubrir los fondos marinos de la isla. También visita las playas de Puerto del Carmen y Costa Teguise, dos destacadas localidades turísticas con una amplia oferta de ocio.
La playa de Famara en el municipio de Teguise, de seis kilómetros con vistas a las islas de La Graciosa, es ideal para pasar una jornada aprendiendo surf. Y si visitas la isla en familia y con niños pequeños, la playa El Caletón Blanco, en el municipio de Haría es la mejor elección ya que es bastante tranquila.
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