La provincia de Guadalajara alberga secretos a voces. Y uno de ellos es, sin duda, el encanto medieval de Sigüenza. A orillas del río Henares se erige, desde tiempos de los visigodos, esta pequeña villa de alrededor de 5.000 habitantes. Próspera desde su nacimiento por su ubicación y su relación con la iglesia católica -no en vano el obispado de la provincia se denomina a día de hoy Guadalajara-Sigüenza- mantiene todo su atractivo intacto. Y para que te convenzas de lo que decimos, a continuación nuestra lista de motivos para visitarla:
Situación
Está a hora y media en tren de Madrid, así que, tanto si eres un habitante de la capital que necesita un respiro, como si estás pasando unos días de visita, es perfecta para una escapada de día o un finde especial. El tren sale desde Chamartín y cuesta unos 13. Consejo: coge el de primera hora de la mañana si eres de los que huye de las aglomeraciones–sale a las 9:15-, porque es muy muy muy turística.
Sus callejuelas
Estrechas y empinadas, con su zona cristiana, su morería y su judería, van desembocando en las cinco puertas de la ciudad, que sobreviven al antiguo amurallado.
El perdigacho
Una de las tapas estrella de la antigua ciudad: anchoa grande en salmuera, pan y alioli. Contundente y delicioso. El bar alameda es un buen sitio para probarlo.
La catedral
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Una foto publicada por Susana Gascon (@susana_gascon) el
Colosal construcción que comenzó a construirse en el gótico y se terminó de manera definitiva en el período neoclásico. Sus puertas y rosetones la delatan.
El sepulcro del Doncel
Tumba de Martín Vázquez de Arce, célebre aristócrata del siglo XV, es una de las joyas por excelencia del gótico tardío. Se encuentra enterrado en una de las capillas de la catedral.
El Café París y su bomba
Cruzar el umbral de esta puerta también es detenerse en el tiempo, pero en otra época: reminiscencias art decò y azulejos sententeros que culminan en un viejo tirador de vermut. Y una patata rellena de morcilla, piquillo y algún otro ingrediente, que explota en la boca. (Vale, sí, este no era muy medieval):
Los tapices del Greco
Sólo se pueden visitar si se hace la visita guiada a la catedral, que vale cinco euros y dura dos horas. Están colgados en una de las alas anexas de la misma.
El castillo con sus almenas y torreones
Actualmente se ha reconvertido a Parador. Pero todavía se puede visitar su bonito patio de armas y pasear por la parte fortificada que todavía conserva.
Los torreznos
Un básico gastronómico de la cultura segontina. El del restaurante Los Soportales, en la Plaza Mayor, frente a la Catedral, está exquisito.