Urbe, revista diaria, La Habana, 1950: una portada sobresalía de un montón del suelo. Los domingos en El Rastro madrileño pueden encontrarse tesoros inimaginables. ¿Quién no recuerda aquella mítica escena de El Padrino II en la que Michael Corleone y el resto de mafiosos se reunían en la capital cubana? Esta estampa de ficción derrochaba opulencia, y mostraba un país abierto al turismo, el consumo y a la vida nocturna; misma sensación que se experimenta al observar esta cubierta.
Una búsqueda en Google muestra que no hay rastro de esta publicación online. Y uno comienza a preguntarse cómo sería la vida en la isla en aquel tiempo y cuánto se puede saber de algo si no figura en Internet. ¡Nos decidimos a hacer la prueba! (Si quieres ver el resultado, sigue leyendo).
¿Quién decía que a través de unos cuantos anuncios impresos no puede reconstruirse una historia?