Se acercan las navidades e inevitablemente se nos viene a la cabeza comida, reuniones con familiares y amigos y algún que otro viaje… Pero este año es diferente, así que ¿por qué no hacer algo especial para nuestras comidas y cenas de navidad?
De todos los elementos constituyentes de cualquier tradición la comida es, sin duda, nuestro favorito. Y la Navidad no podía ser una fecha en la que nuestro atributo preferido pasase desapercibido. Por ello, a continuación vamos a hablar de algunas de las riquezas gastronómicas que en Europa y en la Península sirven para conmemorar estas fechas tan entrañables y poder viajar con el paladar.
En la tierra de Papá Noel lo que se estila es un menú hipercalórico –hace mucho frío por allá arriba- consistente en ensalada de patata, salchichas Frankfurt y albóndigas. ¡Una delicia sencilla pero muy sabrosa!
El pueblo de Molly Malone –bella dama patrona de Dublín-tiene por costumbre, al igual que los finlandeses, comer bien de carne el día 25: pavo asado, jamón cocido en una modalidad semejante al lacón gallego -sólo que sin pimentón- patatas asadas y por supuesto, con un toquecito del omnipresente Gravy, una riquísima salsa de carne.
Mayormente también de tradición carnívora, en Alemania existen variedades culinarias dependiendo de la zona, siendo las carpas y las Frankfurt o Viena ingredientes transversales. En las zonas con mayor influjo danés como Schleswig-Holstein el pato o ganso asado relleno de ciruelas, pasas y manzana es el plato dominante. Mientras, en Mecklenburgo y Pomerania lo que gusta es el kale, compuesto de col, patata cocida, jamón y salchichas. ¡Viajen y elijan!
La dicotomía Norte-Sur se hace patente en el país unificado por Mazzini también en la gastronomía. Milán y sus vecinas degustan una sopa de carne y pasta rellena, y aves de corral rellenas como en otros lugares de Europa. Entretanto, calabreses, sardos o sicilianos paladean anguila frita entre otros pescados y cordero al horno. ¡Sea la Italia que sea, festín de la mamma!
Viandas similares con pequeñas diferencias según el departamento y un denominador común: el bouche de Noel – un tronco de árbol de bizcocho y relleno de trufa, la versión Ohlala del brazo de gitano-, así se presenta la Navidad francesa. Foie fresco, boudin blanc –un embutido de carne que se sirve tanto crudo como a la parrilla- y pavo asado son otros de los manjares más extendidos. Además, ostras, vieiras y caracoles pueden convertirse en el tentempié más lujoso y deseado.
La geografía española esconde una ingente cantidad de recetas que hacen que, excepto los turrones y los asados, los menús del 24 y 25 de diciembre varíen no sólo de Comunidad Autónoma en Comunidad Autónoma, sino entre pueblos, aldeas y familias. Aquí os dejamos 3 singularidades para que os hagáis una idea:
Los inventores de la fabada celebran las fiestas como si de una boda se tratase. Ahí va una carta navideña estándar: sopa de marisco, langostinos, pixín –pescado típico de la zona- en salsa verde y para cerrar, cabritu con patatas. ¿Os habéis quedado con hambre?
No son italianos pero toman una sopa semejante a la del Norte italiano pero con galets, una pasta con forma de semicírculo sin rellenar, y pilota, una albóndiga de carne gigante. Además, el día 26, San Esteban festividad de la Comunidad, yantan los aclamados canelones, realizados con los restos del pavo, pollo o capón horneado el día anterior.
Lo más folklórico para un gallego es cenar el 24 bacalao cocido con repollo. Sin embargo, el marisco como las nécoras, percebes, camarones y centollas junto a los pescados asados como el sargo o el rodaballo se han ido imponiendo.
El hermaniento galaico portugués queda patente en Nochebuena: bacalao seco y salado acompañado con col hervida, patatas hervidas, huevos cocidos, garbanzos, cebolla, perejil y otros vegetales completan el plato más extendido.
¿Te ha entrado hambre? Ahora ya, solo te toca elegir la receta que más te guste y sorprender a tus invitados. Aprovecha la ocasión para ir pensando en viajar al destino de tu plato elegido y disfrutarlo «in situ».