En la ciudad de Füssen, en la región de Algovia en Baviera, Luis II de Baviera (1845-1886), conocido como ‘el rey Loco’, hizo realidad su fantasía: crear una fortaleza de diseño neogótico, neorrománico y neobarroco, inspirada en la música clásica de Wagner, su compositor favorito. El Castillo de Neuschwanstein, un edificio que parece irreal, muy alto y esbelto a los pies de un fantasmagórico lago rodeado de árboles y frondosa vegetación. Dentro de él, una oda a Tannhäuser y Lohengrin, los personajes de una ópera romántica de Wagner, nos esperan. Mucho oro, cisnes y colores vivos resaltan en sus paredes.
Pero no sólo nosotros nos hemos fijado en la belleza de este castillo escondido en los Alpes alemanes. Walt Disney lo visitó y quedó fascinado. Tanto, tanto que su silueta sirve de inspiración para el castillo de Cenicienta, diseñado por Herbert Ryman.
Este castillo se puede visitar durante todo el año en visita guiada, saliendo desde la localidad más cercana, Hohenschwangau. Es un paseo de diez minutos cuesta arriba entre viejos árboles majestuosos que se suele hacer en coche de caballos para desde el primer momento adentrarnos en la historia de princesas y caballeros.
Hombres y hadas convivían en el corazón de la Anatolia hace miles de años pero una de ellas se enamoró de un ser humano. Entonces, la reina de las hadas se enfadó tanto, que convirtió a todas en palomas y las confinó en piedras a las que desde ese momento se conocerían como “las chimeneas de hadas”. A los hombres los condenó a cuidar de ellas eternamente. Y, así se crearon poblados cercanos como el de Göreme, el primer enclave que se visita durante un viaje a esta región turca. Ésta es una de las leyendas que puedes escuchar sobre la Capadocia que significa “la tierra de los caballos bellos” y de este modo se representaban en los frisos de Persépolis (Irán) cuando los persas controlaban la región.
Hoy, las rutas a caballo son la mejor opción para conocer la zona –en este texto podéis ver algunas de las maravillas de Capadocia-. Aunque un paseo a pie por sus pueblos, observando sus casas con azoteas cubiertas de parras y descubriendo su artesanía y gastronomía, tampoco es mal plan. No olvides hablar con los habitantes de la zona para que te descubran esos personajes mágicos que habitaban la zona.
Entramos en “el pueblo más bonito de Inglaterra”. Castle Combe, en Wiltshire Cotswolds, es una pequeña y pintoresca localidad de menos de 350 habitantes situada al borde del río Bybrook, muy cerca de la conocida ciudad de Bath. Ésta ha inspirado a cineastas como Steven Spielberg en “Caballo de Guerra”, o a Michael Vaughn, en su película protagonizada por Michelle Pfeiffer “Stardust”.
Castle Combe se caracteriza por sus calles serpenteantes sin luces eléctricas y por sus edificios medievales que nos transportan a épocas pasadas. Todas ellas fueron construidas con el típico estilo de la región de Cotswold: gruesos muros de piedra y techos de tejas de piedra natural partida. Aquí, las leyendas tampoco están escondidas, el fantasma de un centauro romano vagabundea por el Roman Bridge, situado en un extremo de pueblo. ¿Te atreves a buscarlo?
El castillo de Blancanieves está situado en un acantilado y sus torres que se elevan hacia el cielo son circulares, justo como también están diseñadas en el imponente Alcázar de Segovia. Y, es que este castillo-palacio sirvió de inspiración a Disney para el de la princesa.
Sobre un cerro en la ciudad de Segovia encontramos el imponente Alcázar, uno de los castillos más distintivos de España y Europa. Y también uno de los más antiguos, ya que se tiene constancia de él desde 1122. Destaca por su forma de proa de barco y originalmente fue construido como fortaleza, pero a lo largo de su historia se ha utilizado como palacio real, prisión estatal, centro de artillería y academia militar. Actualmente es museo y archivo militar.
En la visita sube hasta la torre de Juan II que culmina en una gran terraza panorámica. Desde ella se aprecia una bonita vista de la ciudad, en especial del barrio de las Canonjías, la catedral y la judería.
A 25 kilómetros de Braşov, en Transilvania, dicen que vivió el Drácula de Bram Stoker. Concretamente en el Castillo de Bran, edificado en lo alto de una roca de 200 metros, y coronado por unas impresionantes torres y torreones. Pero el escritor irlandés Stoker nunca conoció Transilvania, y para el castillo de su personaje más tenebroso investigó y utilizó su imaginación, creando un lugar misterioso y oscuro, muy parecido a esta mansión, con habitaciones y pasillos estrechos, llenos de armas y armaduras antiguas y sinuosas escaleras. Por este fortín también pasó el Conde Vlad Tepes conocido como “El Empalador”, el personaje histórico que también inspiró a Stoker, ¿realidad o ficción?
El palacio fue también la residencia real de la reina María de Rumanía y en la actualidad es un museo abierto a los turistas. ¿Te atreves a pisar sus lindes y seguir la ruta del Conde Drácula?
En el condado de Antrim se encuentra un camino que parece sacado de un cuento de hadas, sin dudarlo uno de los destinos más característicos e increíbles del mundo.
Dark Hedges es una cadena de árboles que conducen a una de las mansiones más famosas de la región, la de la familia Stuart. Con ello, querían impresionar a las visitas que llegaran a su propiedad. Los Stuart mandaron plantar una considerable cantidad de hayas para decorar el acceso a su hogar. Éstas, pronto comenzaron a competir por la luz solar provocando una particularidad en sus ramas más altas que parecen unirse con los árboles de la fila opuesta. Dos siglos más tarde, siguen ofreciendo una magnífica panorámica y es uno de los fenómenos naturales más fotografiados del mundo.
Nos llama la atención de este camino su leyenda. Un ser sobrenatural llamado Lady Grey habita esta avenida, dicen que es el fantasma de una criada de los Stuart que murió en extrañas circunstancias. Y ¿no os suena de algo estos árboles? Son el Camino del Rey en Juego de Tronos, la principal vía de comunicación de Poniente, que comunica Desembarco del Rey con Invernalia.
Y, ¡colorín, colorado en estos destinos nos hemos colado!