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Si hay profesiones que permiten -por no decir «obligan a»- viajar, una de ellas es la del deportista profesional. En demasiadas ocasiones, el ocio brilla por su ausencia en este tipo de desplazamientos, enfocados al alto rendimiento, con poco margen de maniobra. Buen testigo de ello es Iosu Goñi (Pamplona, 1990), invitado a inaugurar esta nueva sección de entrevistas, charlas informales en las que rostros populares del mundo del arte, la empresa, la política o el deporte, nos contarán sus recuerdos viajando, los destinos que más les han emocionado y, por qué no, ese lugar al que volarán, una vez termine el confinamiento.

Mini bio: A sus 30 años, Goñi lleva casi la tercera parte de su vida fuera de España; el año 2020 no pudo empezar mejor para él, proclamándose en enero campeón de Europa de balonmano en Estocolmo, con la selección española, y repitiendo así la medalla de oro conseguida en 2018 en Zagreb. Goñi, que ha tenido que posponer un año su sueño de pelear por una plaza en la lista de los Juegos Olímpicos de Tokio, ha recorrido toda Francia (en particular) y Europa (en general) por su profesión, pero también es un avezado viajero, y ya tiene planes para saltar el charco en cuanto las circunstancias lo permitan.

Destinia: Si hay un viaje que quieres hacer, seguro que es a Japón, con los Juegos a la vista. ¿Conoces la cultura asiática, te llama?

Iosu Goñi: No he estado nunca en Japón, no he podido conocer Asia aún, pero me llama mucho su cultura… he viajado mucho por Europa, y ves cosas diferentes a las que estás acostumbrado, pero Asia debe ser un choque tremendo, Corea, Japón… me gustaría visitarlo, sí. Y está claro que además, ir a Tokio es sobre todo un objetivo para mi; es complicado, porque a unos Juegos Olímpicos van menos jugadores de los que van a un Europeo o a un Mundial, pero al final voy entrando en las listas de la Selección, y habrá que pelear por ello. Paso a paso, que es como me gusta hacer las cosas, pero sí, me gustaría ir.

Iosu Goñi, en un partido con el PAUC contra el Chartres.

Iosu Goñi, en un partido con el PAUC de Aix-en-Provence, contra el también francés Chartres.

D: Echando la vista atrás, ¿cuáles son los primeros viajes que recuerdas? ¿Cuál es uno que recuerdas con especial cariño?

I.G: Los primeros son con mi familia, dentro de España, o a Francia a esquiar. Todavía no viajaba tanto como ahora, es la verdad. Luego he podido conocer muchos sitios, viajes con amigos, Alemania, Túnez… uno especial es un viaje a Grecia, estuvimos en Tesalónica en un Europeo, o un Mundial, no recuerdo bien… Siempre me ha gustado Grecia, su historia, los resquicios, visitar los restos de una civilización; he estado también en Atenas y en Santorini, cuando era un pipiolo. En España me acuerdo mucho de las vacaciones en Galicia, con amigos y con la familia. Y, recientemente, tengo dos destinos que me han gustado: Islandia, un sitio muy peculiar, al que nos tocó ir a jugar un partido de la EHF Cup a una pequeña isla, a la ciudad de Vestmannaeyjar (o islas Vestman). El otro es Isla Reunión, que es espectacular.

D: ¿Qué tiene de especial?

I.G: Yo pensaba que iba a ser muy salvaje, una isla muy diferente a todo lo que conozco, y aunque es cierto que sí tiene ese toque, es un destino en el que también se pueden encontrar rasgos de Occidente. Luego es muy montañoso, hay dos volcanes, y pude dormir en Mafate, con gente que vive en la montaña. No hay acceso de ningún tipo, pasan helicópteros todo el día, hablan en una de las versiones del criollo… tuve suerte, porque fui con mi amigo (y compañero de equipo) Iñaki Peciña, y con otro amigo nuestro, reunionés. En cuanto al clima, aunque hay épocas en las que llueve mucho, cuando yo estuve, que era en nuestro verano, hacía un calor soportable.

Paisaje montañoso de Isla Reunión.

Paisaje montañoso de Isla Reunión.

D: Por lo que nos cuentas, tus viajes se mezclan muchas veces con el deporte. Incluso éste te ha llevado a vivir fuera.

I.G: Sí, en el momento álgido de la crisis, aunque me gustaba mucho León, el club estaba pasando un momento complicado… los jugadores estuvimos varios meses sin cobrar, pero por suerte, la situación deportiva era buena. Jugábamos la Champions, tuve algún partido bueno, y me llegaron ofertas. Lo dicho, aunque me gustaba León, tenía que moverme, lo hablé con la directiva de entonces, y cuando nos eliminaron de la Champions, me fui a un club de Qatar, era algo bueno para mí y para Ademar, que había entrado en concurso de acreedores.

D: ¡Vaya cambio!

I.G: Sí, aunque solo estuve 3 meses allí, viviendo en un hotel en Doha… casi todos los equipos están allí. Allí vi sitios que me sorprendieron para bien, pero otros para mal: es un país en el que hay mucho dinero, pero también ves el otro lado, el de la pobreza, hay mucha gente de, por ejemplo, la India que viaja para trabajar en Qatar, y también lo pasa mal. No son las situaciones más agradables de ver. Doha, por su parte, me pareció una ciudad en proceso de construcción, con un skyline enfocado a los negocios, todavía por explotar cuando estuve (2013). Donde más vida hice fue en el centro de Doha y en el Zoco, pero hacía muchísimo calor, cuando aflojaba un poco sí pude hacer algo de turismo.

D: Y de allí a su residencia actual, Aix-en-Provence. (nota: en el momento de la entrevista, mediados de abril de 2020, Goñi está a punto de firmar por otro club para la temporada 2020-2021, pero no puede desvelarnos el destino).

I.G: Allí llevo desde 2013. Me adapté muy bien, aprendí francés, y me hice a la ciudad, al equipo… Aix está en la costa Azul, cerca de Marsella, no es muy grande, pero tiene mucha vidilla, es una ciudad universitaria, y un ambiente parecido al de España. Hay muchos restaurantes, la gente está en la calle -bueno, ahora no, claro-, y a nivel deportivo está muy bien, me da la opción de jugar en una liga de las más potentes del mundo.

Iosu Goñi ha jugado 7 años en el PAUC de Aix-en-Provence.

Iosu Goñi ha jugado 7 años en el PAUC de Aix-en-Provence.

D:  Hablando de restaurantes, como buen navarro, seguro que tienes buen diente.

I.G: Sí, me encanta comer. Lo bonito de viajar es ver cosas nuevas, y también ir a los restaurantes a los que va la gente local a comer, además no soy escrupuloso. Lo malo es que eso es algo que, con el deporte profesional, es difícil, cuando viajo con el equipo, o con la Selección Española, vamos a hoteles con menús específicos para deportistas… pero cuando viajo por libre, sí, claro.

D: ¿Alguna manía?

I.G: No, a mi lo que me gusta es viajar con lo justo para poder vestirme, algo de dinero y ya. Me adapto allá donde voy, no suelo llevar la maleta muy llena… voy con lo mínimo, o incluso podría ir con la mochila.

D: Esta es obligada… ¿playa o montaña?

I.G: Mmmm… diría que las dos. Si hay que elegir una, quizá montaña.

D: La última, y ¿a futuro? ¿Dónde vas a ir, cuando las restricciones te lo permitan?

I.G: Tengo muchas granas de viajar a América; Argentina, México, Brasil… de hecho en Brasil tengo familia, y muchas ganas de conocer aquello. A uno de estos tres países me gustaría que fuera el próximo viaje. Pero no a un hotel de esos de pulserita, ¿eh?

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