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Guadalajara, capital de Jalisco, es tierra de mariachis y campos de agave. En ella, sorprende el contraste entre tradición y modernidad. Y, también, lo poco que tiene que envidiarle a CDMX, la anteriormente conocidad como México DF. En su casco histórico, con marcada influencia colonial francesa y española, confluyen artesanía y una apabullante contemporaneidad en arte, arquitectura y música. ¿Damos una vuelta?

¿Cómo moverse?

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La mejor manera de desplazarse por la ciudad es, sin duda, Uber, por barato, seguro y efectivo. La ciudad nunca se preparó para llegar a ser el tercer núcleo económico nacional por lo que la congestión de tráfico es constante, así que, ¡no te desesperes si te toca atasco!

 

Rumbo al Mercado


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Perderse el Mercado San Juan de Dios –también conocido como Mercado Libertad– sería un pecado. Proyectado por Alejandro Zohn, profesor en la escuela de arquitectura local, tanto el espacio como su contenido suponen toda una experiencia para el visitante.

Dividido en tres plantas, la primera está dedicada a los alimentos. Y de entre todos los comestibles, los dulces merecen mención aparte, especialmente el amaranto. Y, ¿eso qué es? Pues el nuevo superalimento de moda –la nueva baya de goji– y puedes encontrarlo en forma de tableta, con semillas de color amarillo y bañado en miel. Seguramente no sea tan sano como señalan las revistas femeninas, pero si eres goloso, lo disfrutarás mucho.

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En el segundo andar encontrarás todo tipo de productos derivados del cuero. La sección de botas y sombreros de cowboy es, simplemente, alucinante.

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La última se consagra a la gastronomía: puestos de tacos, chilaquiles y por supuesto, tortas ahogadas, uno de los platos más representativos de la región. Éstas se elaboran con un pan especial, más salado y agrio debido a su fermentación, llamado birote. Y se rellenan con carnitas empapadas en salsa de chile picante: ¡una abrasiva delicia! Además, mientras las degustas podrás disfrutar de unas vistas espectaculares.

 

 Un secreto electrónico

Como ya os habíamos adelantado en el primer párrafo, no todo se cuece en DF. El movimiento cultural cada vez es más importante en Guadalajara. ¿Una prueba? Fue la ubicación elegida por la selecta Boiler Room para una de sus sesiones habituales. Si eres amante de la música de baile, sabrás de lo que te hablo. Y si no, nunca es tarde para hacer una búsqueda en Youtube.

 

Arte por doquier

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El centro cultural más puntero de la urbe es el Instituto Cultural Cabañas. Ubicado en el antiguo Hospicio Cabañas, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. De estilo neoclásico y declarado Patrimonio de la Unesco en 1997, actualmente alberga la programación más vanguardista de la urbe.

Si lo tuyo es el arte contemporáneo, las galerías Curro y Travesía Cuatro –esta última con una sede también en Madrid– son cita obligada.

Y, por último, te recomendamos el Museo de Arte Zapopan, MAZ, dedicado a la modernidad en todos sus formatos, hacienda gran énfasis en nuevos lenguajes. Piezas de Rodin, Tapiès, Picasso o Kahlo han desfilado por sus estancias.

 

A la pena un trago. ¿De tequila o de mezcal?

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 Y como estás en tierra de campos de agave –el municipio de Tequila se encuentra en el mismo Estado, a apenas 67 km, y merece la pena una excursión si vas con tiempo– hay que probar, cómo no, el tequila. Y también el mezcal, ambos derivados de esta planta también llamada maguey.

Para los no iniciados, hay que puntualizar que el tequila no es más que una variedad de mezcal.  Éste último es 100% agave y su elaboración es artesanal, mientras que el primero es un producto mucho más industrializado.

Para que no te quedes con la duda de cuál te gusta más, Agüita Agavería. ¿Nuestra sugerencia? Mojitos de mezcal.

 

Con nocturnidad y alevosía

 

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Una foto publicada por Bar americas (@baramericas) el


 Y si después del primer mezcal, hay un segundo, y muy probablemente un tercero… Habrá que pasar a hablar de nocturnidades y jarana en general.

Si buscas el lado más autóctono, Génesis es the place to be. Es un mítico salón de fiestas ubicado en el bajo del Hotel Carlton y ahora mismo es la sede del moderneo patrio. Allí podrás escuchar hits mexicanos de hoy y de siempre mezclados con éxitos ochenteros –y fumar–. ¡Muy divertido!

Y si todavía no te quieres ir al hotel y además eres fan de los ritmos tecno-house, el Bar Américas y sus neones rosas, son para ti. ¡Un club de aire berlinés en pleno México!

 

La resaca del foodie

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 Para los amantes de la gastronomía, o para quienes siguieran nuestros consejos y se pasaran con los mezcales, nada mejor para comer al día siguiente que los tacos callejeros de Tacos Chapultepec –cuidadito con las salsas a no ser que busques la venganza de Moctezuma–.

Otra opción para quitarse el “mal de alcoholes” son las archinombradas tortas ahogadas. Y Tortas Toño el mejor lugar para probarlas. Un sencillo espacio con taburetes en fila, donde hincarle el diente a una de pollo, chicharrones y un poquito picante: ¡deliciosa!

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Y, por si quieres salir de la resaca del modo más habitual, o sea, bebiendo, cata una rusa bien fría, típico trago de establecimientos de carretera que suele servirse en una jarrita de cerámica.

 

¡Viva México, cabrones!

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Acerca del autor

Arquitecta, friolera y culo inquieto, entre otras cosas. Zamorana de nacimiento, me mude a Nueva York hace 3 años para estar 3 meses y nunca me fui. La ciudad y su escala no dejan de fascinarme.

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