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Siempre que se viaja hay un motivo. Salir de la rutina es el más socorrido, pero existen infinitas motivaciones que nos obligan a desplazarnos y acercarnos a otros lugares, conocidos o desconocidos. El plano cultural, afectivo o gastronómico también es buen detonante para dar un primer paso. Pero no debemos dejar de lado uno de los más importantes: el descansar, alejados del ruido y la contaminación que asolan cada vez más nuestras ciudades.

 Atlas de islas sin coches, el flamante libro escrito a cuatro manos por Ander Claver y Janire Nogales, permite descubrir una selección de casi 50 islas que se encuentran próximas a los cinco continentes conocidos. El trabajo de Claver y Nogales es de interés porque han decidido acercarse a aquellas porciones de tierra ganadas al mar que son más accesibles para nosotros. Por tanto, no son islas remotas o inalcanzables, sino de fácil acceso si nos los proponemos. Eso sí, ninguna contará con vehículos a motor dentro de su geografía, a excepción de aquellas donde la administración debe usarlos, que ya adelantamos son pocas.

Desde Destinia te recomendamos cinco de ellas –como hicimos con estos otros destinos eco– , una por continente, que por su especial descripción nos han llamado la atención. Aunque te aconsejamos que te hagas con el libro, en él tendrás oportunidad de descubrir otras muchas. Al final de nuestra selección incluimos una breve entrevista con uno de sus autores, el navarro Ander Claver.

 

Archipiélago Frioul (Francia) 

 

Stunned by my own country, didn’t know France was so beautiful. #Marseille #breathtaking #paradise #summer #holidayspirit

Una foto publicada por Laurine Vernel (@laurinevernel) el


Europa cuenta con 15 diminutas islas que forman parte del contenido del libro. Ninguna española. Aunque sí una portuguesa y tres francesas. De este último país nos quedamos con el archipiélago de Frioul, formado por dos ínsulas, Pomegues y Ratonneau, y dos islotes, If y Tiboulain. La distancia desde el puerto de Marsella es de solo media hora y merece la pena hacer el recorrido. Las más grandes cuentan con infinidad de posibilidades: submarinismo, navegación a vela, viajes en canoa o directamente paseos a pie por sus paradisíacas playas. También podremos visitar el castillo de la isla de If, que luego se convirtió en una célebre prisión, plagada de leyendas y mitos, y que hoy ha sido reconvertida en museo.

Lo que dice el Atlas de islas sin coches:

“Se trata de un lugar de contrastes que nos ofrece la comodidad necesaria para relajarnos durante su estancia allí y también la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos y reconectar con la naturaleza”.

 

Gulangyu (China)

 

鼓浪屿

Una foto publicada por @_kwzy el


La historia de Gulangyu, otra de esas islas que nos permiten alejarnos de la civilización con una medida distancia    –por aquí tenemos hoteles cerca-, nos obliga a retroceder más de un siglo, cuando fue un importante enclave colonial para los países extranjeros. El reducido atolón es además un importante centro de peregrinación budista y un atractivo espacio natural, hay un parque de aves y desde sus playas se pueden divisar delfines blancos chinos, una especie protegida. Por si pudiera parecer poco para un islote de estas dimensiones, también cuenta con un excepcional museo de pianos. Y, como todos aquellos incluidos en el libro, no permite ningún vehículo a motor, incluidas motos.

Lo que dice el Atlas de islas sin coches:

“La isla da cabida a hoteles pintorescos que permiten a los turistas alejarse del ruido y el estrés de las ciudades, y pequeños comercios junto al mar en los que poder pasar una deliciosa acompañado de los seres más queridos. Gulanyu es una tierra de sueños, de belleza y de respeto”

 

Amantani (Perú)

 

La porte du paradis #amantani #titicaca

Una foto publicada por yhcsag (@gasmca) el

Si te decimos que el lago navegable más alto del planeta se encuentra en Perú, seguro que no te descubrimos demasiado. El Titicaca es una de las grandes maravillas del mundo y uno de los lugares a los que habría que ir al menos una vez en la vida. Si te decides no dejes de explorar la isla que se encuentra en su interior. Amantani está habitada por una importante población quechua, que ha sobrevivido sin electricidad, ni medios a motor. Su forma de supervivencia es la ganadería y la actividad agrícola. Si lo deseas te alojarán en algunas de sus rústicas casas por un módico precio.

Lo que dice el Atlas de islas sin coches:

“El viaje se convierte en toda una aventura. Sus casas son muy sencillas, tienen servicios básicos, no hay agua potable y llueve mucho todo el año. Se trata de un lugar distinto donde podrás conocerte mejor a ti mismo”.

 

Scot Island (Australia)

 

#jungle #Australia ??

Una foto publicada por Renata (@renatalaz) el


Oceanía es una de las zonas más exóticas e inexploradas de nuestro planeta, rodeada por innumerables mares. No debería resultar complicado dar con islas o archipiélagos de interés, pequeños trozos de tierra en los que disfrutar del clima, cuando los monzones lo permiten, y de una naturaleza desconocida. Pero si uno se encuentra de visita en Sydney y no quiere realizar grandes desplazamientos en avión o en barco, tiene la oportunidad de aislarse en Scotland Island, un diminuto islote al que se puede llegar en ferry y que cuenta con lo mínimo para sobrevivir en él. Aquí lo importante es el paisaje, tanto interior, plagado de manglares, como exterior, formado por imponentes playas.

Lo que dice el Atlas de islas sin coches:

“Nos desasiremos de bicis o cualquier medio de transporte para pasear y descubrir caminando las innumerables playas de barro y rocas y adentrarnos en las misteriosas cuevas de este hermoso lugar, o sentarnos en uno de sus apacibles muelles para ver el atardecer olvidando el estrés y el ruido de la ciudad”.

 

Tumbatu (Tanzania)

 


Podemos rastrear la presencia del archipiélago de Zanzíbar en multitud de escritos de la antigüedad, ubicado en la costa oriental de África, próximo a lo que hoy es la República Unida de Tanzania, siempre ha sido un lugar de paso para comerciantes de Arabia, el Golfo Pérsico o la India. Tumbatu fue durante decenios la capital del reino, hasta que en el siglo XII rebeldes de los pueblos cercanos acabaron con aquella monarquía. Sin embargo, la isla ha permanecido anclada en el tiempo: no se permiten los automóviles y los caminos que unen los diferentes pueblos son de tierra cubierta de coral solidificada y conchas de mar blancas.

Lo que dice el Atlas de islas sin coches:

“La gente de la isla se dedica a la pesca, pero pocos comen sus propias capturas, ya que prefieren recurrir al intercambio puro en el mercado de la aldea de Mkokotoni, con el fin de recibir yuca y arroz. Ambos productos son muy difíciles de conseguir en Tumbatu debido a la infertilidad de su tierra”.

 

Entrevista a Ander Claver

¿Cómo surge el proyecto: Atlas de islas sin coches?

La editorial Saure siempre cuidó la narrativa de viajes (fue organizadora del Certamen literario durante cuatro años de Grandes Viajeros, premio Sagitario) y la publicación de cómics. Al editor le interesó crear una colección de literatura de viajes que uniera estos dos aspectos: la redacción y la ilustración.

¿Qué criterios habéis seguido para elaborarlo?

Todas las islas descritas tienen un punto en común: la de no disponer de coches. Se trata de un criterio único, pues no se parecen ni en la extensión, demografía, idiomas o localización. Esta diversidad es uno de los intereses de este libro que confirma que las condiciones físicas de unos territorios no influyen en la posibilidad de vivir de un modo más sostenible.

¿Cuáles son las historias que más te han sorprendido?

Todas las islas descritas en el libro tienen algo especial, pero si debo elegir, me quedo con tres: Palu’e (Indonesia), Lamma (China) y Venecia (Italia).

Palu’e es una isla que alberga un gran volcán y en muchas ocasiones los habitantes han sufrido su ira, sin embargo, no dudan en seguir formando parte de la isla junto al volcán y esa unión tan fascinante entre la fuerza de la naturaleza y el ser humano simplemente me deja boquiabierto.

De Lamma me quedo con su riqueza natural y su pasado histórico sobre la Segunda Guerra Mundial. Esa mezcla especial que contiene la isla me atrae. Además, las guerras mundiales siempre me han interesado y, por lo tanto, Lamma hace crecer mi curiosidad por querer visitarla algún día.

Venecia, por ser símbolo del ‘Atlas de islas sin coche’, por su variedad artística, arquitectónica y natural, y porque cada uno de sus rincones transmite infinidad de sentimientos.

¿Por qué crees que desde tiempos remotos nos atraen tanto las islas?

Porque las islas son paraísos que nos aportan libertad, la cual añoramos de vez en cuando en nuestro día a día, debido a la continua rutina a la que estamos encadenados. Además, las islas nos aportan momentos para disfrutar de nosotros mismos, momentos para respirar y contactar con la naturaleza, que es lo que necesitamos en la gran mayoría de las ocasiones.

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Acerca del autor

Escribo sobre cultura y gastronomía en El País, El Diario y Madrid Diferente. Presento, junto a José Manuel Costa, el programa Retromanía en Radio 3 Extra y comisario el festival de música Electrónica en Abril, en La Casa Encendida. Nací en 1980 en el Alto de Extremadura, al otro lado del Manzanares. Ni céntrico, ni periférico. Soy malo poniendo acentos.

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