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La Costa Azul o Riviera francesa es una región que comprende el extremo sureste del litoral continental francés y Mónaco. El término francófono utilizado en el país es el de Côte d’Azur, que en realidad debiera ser traducido como “Costa Cerúlea”. El cerúleo es una variedad de azul. No se debe confundir esta zona con la llamada Cote Bleue, que se encuentra hacia el oeste.
Sea como fuere, esta es una de las zonas vacacionales más hermosas y célebres de la Europa occidental. Gozando, además, de un clima bastante moderado durante casi todo el año.
Veamos cuáles son los pueblos de la Costa Azul y todo lo que estos tienen que ofrecer.

Grasse

Esta ciudad ha sido considerada la capital mundial del perfume. En ella tienen su sede varias compañías señeras, que además realizan visitas guiadas de lo más interesantes. Podrás contemplar el proceso de fabricación, recibir cursos instructivos o incluso fabricar tus propias fragancias. También hacer un breve repaso a través de la historia del sector en el interior del Museo Internacional de la Perfumeria de Grasse. Parte de la conocida novela “El Perfume” (Patrick Süskind) fue ambientada aquí.
Pero no esperes una ciudad de trazado moderno, porque Grasse conserva su esencia de villa medieval. Con todo el misterio de sus antiquísimas callejuelas estrechas y el hecho de encontrarse en mitad de una hermosa zona arbolada. La oferta alojativa es de lo más interesante, con grandes casonas con vistas e incluso un viejo molino habilitado. Igualmente, podrás disfrutar de algunas cafeterías y terrazas con mucho encanto.
El punto predominante de la ciudad es la Catedral de Nuestra Señora de Le Puy. Este hermoso templo data del siglo XIII y guarda en su interior un impresionante patrimonio pictórico, con varios cuadros de Rubens, Fragonard, Gaillard o Bourdon.

Grasse, Francia

Niza

La mayor ciudad de la Costa Azul y un foco turístico de primer nivel, con muchísimo que ofrecer.
Tradicionalmente, su principal atractivo residió en sus extensas playas mediterráneas (como Promenade des Anglais, Lenval, Beau Rivage o Bambou Plage) y sus numerosos hoteles balneario.
Pero hay mucho más. La confluencia de culturas y poderes que se han dado aquí cita durante siglos se dejará sentir en su rico casco histórico (Vieux Nice o Vieja Niza). En él podrás disfrutar de una envidiable oferta gastronómica. Y también de muchísimas tiendas y bazares de diverso tamaño (concretamente, más de 7000). Además de las tradicionales plazas de mercado y sus puestos al aire libre.
El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Niza cuenta con más de 1300 obras de artistas como Yves Klein, Andy Warhol o Still Life. El acuario de la ciudad es uno de los más completos que existen, albergando especies de todo el globo. Sobre una colina cercana (Colina del Castillo) se alza un gran parque con vistas sobre el puerto, una cascada, zona arqueológica y espectáculos.
Por último, mencionar la particularidad de que en la ciudad hay una catedral ortodoxa rusa: la Catedral de San Nicolás.

Niza, Francia

Cannes

Cannes es conocido a nivel internacional gracias al festival de cine que lleva su nombre, y que pasa por ser el más importante de Europa. Fundado en el año 1946, actualmente se celebra durante 12 días cada mes de mayo, y en él se dan cita algunas de las personalidades más importantes del sector.
El antiguo refugio de pescadores (Vieux Port) es a día de hoy un puerto de recreo por el que merece la pena pasear. Los yates de lujo conviven con alguna que otra faluga. Y desde allí parten excursiones de lo más interesante. En mitad de los dos brazos principales del puerto queda La Croisette, un bello paseo marítimo con vistas al Mediterráneo y acceso a varias playas bonacibles.
Le Suquet (sobre una colina) se corresponde con la zona más antigua de la ciudad. Lugar donde callejear, visitar mercados de estilo provenzal como Forville, y disfrutar de la gastronomía local.
Por último, puedes visitar el Museo de la Castre o las cercanas Islas Lérins (que conservan los restos de antiguas fortalezas medievales, algunas edificadas por el poder español).

Cannes, Francia

Villefranche-sur-Mer (VillaFranca de Mar)

Otra ciudad con puro aroma Costa Azul, repleta de naturaleza y playas de arena blanca. Una vieja línea férrea con sus túneles de roca, así como una carretera que recuerda los trazados típicos de Montecarlo, recorre la parte superior del principal refugio y playa de la zona. Hay varios puertos pesqueros y recreativos de mediano y pequeño tamaño, así como una enorme cantidad de villas y viejas casas de aspecto señorial. Un paisaje que ha cambiado algo últimamente, pero no tanto desde que Henri Matisse se inspirase en él para llevar a cabo algunas de sus obras.
Puedes visitar la Iglesia de San Miguel (de clara ascendencia italiana) y la Capilla de St. Pierre (capilla rosada). O la pintoresca calle conocida como Rue Obscure. La Ciudadela es una vieja fortaleza que data del siglo XVI, que servía para hacer frente a ataques marítimos, y en cuyo interior se encuentran actualmente tanto el ayuntamiento como un interesante museo.

Villefranche-sur-Mer, Francia

Menton

Bautizada por Elisée Reclus como “la perla de Francia”, esta ciudad cuenta con un importante patrimonio de carácter religioso. La basílica de San Miguel Arcángel, edificada por el genovés Laurent Lavagna, domina con su campanario de 53 metros el paisaje de la zona. También pueden visitarse la Iglesia de San Juan Evangelista, la Capilla de la Inmaculada Concepción y una iglesia ortodoxa rusa auspiciada por la Asociación de Santa Anastasia a comienzos del pasado siglo.
El Jardín Rahmeh-Menton reúne una colección de más de un millar de especies y es, a la vez, un boyante centro de conservación. Jardín Sierra de la Madonna es toda una experiencia que evoca a las villas romanas, con bustos y especies raras, siendo catalogado como monumento histórico en el año 1990. Les Jardins Biovès es una curiosa exposición floral en plena calle.
Puedes pasear por Promenade du Soleil, junto a las playas, que son numerosas y muy extensas. O visitar la bella concurrencia de mármoles tallados del Cementerio de Vieux-Château.

Menton, Francia

Saint-Tropez

Topónimo inspirado en Santo Torpetes de Pisa, un oficial romano que fue mandado decapitar por el emperador Nerón. Ha sido lugar de rodaje para numerosas películas y series de televisión. Y da nombre a varias canciones célebres, entre ellas una del grupo Pink Floyd.
La ciudad es por lo general muy tranquila, y su padrón apenas supera los cinco mil habitantes. Se encuentra situada en torno al golfo costero con el que comparte nombre, lo cual permite disfrutar de playas de tanta calidad como Pampelonne, Las Salinas, Bouillabaisse o Ramatuelle (algunas de espectaculares fondos turquesa).
La ciudadela de la ciudad (monumento histórico francés) se conserva excepcionalmente, así como también sus puentes levadizos, mazmorras y baterías de cañones. Alberga un museo que repasa su longeva y rica historia.
Si te apetece pasear entre calles laberínticas, descubriendo rincones repletos de personalidad, tiendas y buenos restaurantes, no dejes de visitar La Ponche, el casco histórico de la ciudad.
Si deseas disfrutar de algún que otro espectáculo, cuentas con la opción de Carré Sainte-Maxime, lugar de teatro, espectáculos musicales, danzas…

Saint Tropez, Francia

Eze

Una antigua aldea fortificada que data de la Edad Media, marcada decisivamente por su relieve abrupto. Aquí te toparás con una hermosa aglomeración de fachadas, laderas, muretes y estructuras defensivas erigidas en piedra de tonalidad oscura. Y surcadas por abundantes buganvillas y madreselvas.
El Jardín Exótico se alza a 429 metros sobre el nivel del mar y ofrece unas imponentes vistas sobre el Mediterráneo, además de la posibilidad de contemplar varias esculturas del artista Jean Philippe Richard. De obligada visita es la Capilla de los Penitentes Blancos, así como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (del arquitecto italiano Spinelli).
Se cree que, en el llamado Sendero de Nietzsche, este se detuvo para escribir algunas páginas del archiconocido libro Así habló Zaratustra. Château de la Chèvre d’Or es un hotel que suele contar con muchas visitas, puesto que allí se alojó durante una temporada considerable el Príncipe Guillermo de Suecia.

Eze, Francia

En definitiva, la Costa Azul es un lugar con muchísimo que ofrecer y que merece la pena recorrer al menos una vez en la vida por lo que no lo dudes y organiza una escapada a la riviera francesa. El lujo y la modernidad de los yates, los festivales de cine y las tiendas caras se funden con el todo el encanto de las viejas villas medievales. La región goza, además, de un clima muy suave, así como de abundantes y tranquilas playas, en las que nadar sin peligro. Y no ha perdido nunca el contacto con la naturaleza, gracias a sus amplias regiones boscosas intermedias.

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