¿Eres amante de la buena playa pero rehúyes de las grandes multitudes? Si estás harto del frío y tienes ya la mente en modo verano, te presentamos un destino cercano y de nota, reconocido como Reserva de la Biosfera por la UNESCO. ¡Bienvenido a Terres de l’Ebre!
La costa del Ebro te brinda unos parajes singulares y diversos, que se han ganado el reconocimiento como una de las Top 100 destinos de Turismo Sostenible del mundo por la organización internacional Global Green Destinations. No en vano, el Delta del Ebro es la mayor zona húmeda de Cataluña, con una superficie de 320 km2, y constituye uno de los hábitats acuáticos más importantes del Mediterráneo occidental. Y aquí, en este entorno incomparable, encontrarás las playas y calas que estás buscando. Tanto es así, que estamos seguros de que después de leer este artículo te entrarán una ganas locas de preparar tu escapada a Terres de l’Ebre.
Copyright: Oficina de Turisme de l’Ametlla de Mar.
Esta recogida cala es de arena, ondea bandera azul y está rodeada de pinares. Ubicada a seis kilómetros de L’Ametlla de Mar, puedes llegar rápido en coche (tiene un aparcamiento muy grande desde el que el acceso a la cala es muy cómodo). Ideal para ir con niños porque apenas tiene pendiente al adentrarse en el mar. Ese mar de aguas turquesas.
El otro atractivo turístico de cala Forn es el patrimonial, ya que se encuentra en la zona dominada por los restos del castillo de Sant Jordi d’Alfama. Se trata de un fortín del siglo XVII, que se construyó sobre una fortificación medieval del siglo XII, para combatir a los piratas berberiscos.
Copyright: Oficina de Turisme de l’Ametlla de Mar.
Bienvenido a esta pequeña cala de guijarros enmarcada por un roquedal rojo y por el aroma de los pinos, que muchos califican como “la mejor playa del sur de Cataluña”. El acceso algo complicado –se encuentra a 5 Km al sur de l’Ametlla de Mar– explica que se conserve casi intacta. Tienes que dejar el coche y seguir el camino del GR-92 junto al borde del mar hasta divisar el I’Illot, una pequeña isla rocosa que durante los días de marea baja se une a tierra firme por una pequeña franja de arena blanca y fina. Ésta separa dos playas, una de arena fina y la otra, formada por cantos rodados.
Aquí no hay gente, pero tampoco chiringuito ni nada. Así que no olvides llevar tu comida, bebida y un buen libro para disfrutar del día. ¡Ah!, y unas gafas para no perderte lo que hay bajo las aguas cristalinas.
Autor: Oficina de Turisme Municipal del Perelló.
De arena fina y dorada con guijarros y relativamente aislada del núcleo urbano. Los colores fríos del azul mediterráneo contrastan con el rojo roto de las rocas que rodean la Cala Moros. No es muy grande (unos 70 metros) y el acceso es fácil.
Si sigues la franja litoral desde aquí, puedes adéntrate en la ruta senderista GR-92, en un interesante tramo de miradores entre la playa de El Racó de Garretes y la Punta de l’Àliga. Y si vas hacia el interior, a poco más de 2,5 kilómetros y junto al núcleo urbano, se puede visitar la torre de los Moros, una edificación de vigilancia de la época visigótica que se ha convertido en un privilegiado mirador.
Copyright: Turisme l’Ampolla.
El nombre se lo dan los acantilados rojizos que la rodean. La playa de Cap Roig es grande –unos 200 metros– y también ondea orgullosa la bandera azul. Pertenece al municipio de L’Ampolla y a la zona en la que se encuentra ubicada se le conoce como la ruta de los acantilados, por las diferentes formaciones rocosas del Delta.
Es una playa semi urbana, lo que la hace muy accesible. Si bien no tiene paseo marítimo si dispone de ducha, restaurante y quioscos, servicios que son de agradecer cuando aprieta el calor. En el Puerto Deportivo de L’ Ampolla puedes informarte de las actividades acuáticas que se pueden realizar en Cap Roig, incluso podrás alquilar una embarcación para conocer mejor la zona.
Copyright: Turisme Deltebre
A la derecha de la pista que conduce al Fangar está esta playa, arropada por dunas de arena fina. Los 4,8km de la Playa de la Marquesa te permitirán disfrutar del sol y la tranquilidad en un entorno caracterizado por la amplitud de espacios y la paz absoluta. ¡Te olvidarás de la civilización!
De hecho, el pueblo más cercano es Deltebre, a 8 kilómetros. Y las formaciones dunares son de las mejor conservadas del litoral catalán. Hay dos tipos de dunas, unas fijadas con vegetación encima y otras móviles sin vegetación. No se puede pisar ninguno de los dos tipos debido a su fragilidad.
Copyright: Oficina de Turisme de Sant Jaume d’Enveja.
Playa naturista y natural de más de 3 kilómetros y aislada pero de fácil acceso. De arena dorada y aguas tranquilas. A sus espaldas se abre un paisaje de una gran espectacularidad. El término municipal de Sant Jaume d’Enveja se encuentra en uno de los puntos más meridionales de la península del Delta de l’Ebre, lo que permite disfrutar de sus parajes acuíferos y marismas. Cerca también encontramos la laguna de la Platjola.
Una playa virgen y de grandes espacios abiertos. Es obra de la naturaleza, después de que durante miles años las aportaciones de sedimentos del río Ebro han ganado terreno al mar Mediterráneo.
De arena fina, la playa de los Eucaliptus se extiende a lo largo de 6 kilómetros entre dunas y vegetación autóctona como arrozales y los eucaliptos que le dan el nombre. Se puede llegar a pie o en coche.
Es un enclave ideal para hacer descubrir la zona del Delta siguiendo alguna de las rutas naturales que parten de la playa: como la barra del Trabucador, un largo apéndice que se adentra en el mar desde la playa en dirección suroeste entre las salinas de Sant Antoni y las de la Trinitat.
Esta playa encandila a muchos fotógrafos y es una de las más instagrameadas del lugar. Ubicada en mitad de la reserva del Parque Natural del Delta del Ebro, su nombre hace honor al entorno natural, donde la mano humana apenas ha dejado huella. Eso sí, apenas también encontrarás servicios, ni bares ni chiringuitos en sus más de seis kilómetros. Es el peaje por disfrutar de un bello paraje natural como éste.
Es fácil acceder a la playa y seguir la lengua de arena que conduce hasta un mirador situado junto a las Salinas. Las aguas calmadas y de poca profundidad de la Bahía dels Alfacs (uno de los puertos naturales más grandes de Europa) son un lugar perfecto para disfrutar con la familia de este enclave singular. Eso sí, vigila la marea que cuando sube cubre mucha zona de arena pero sin apenas profundidad. De ahí que se diga que se puede “caminar sobre sus aguas”. La barra del Trabucador se alarga hasta la península de la Punta de la Banya. ¡Impresionante el espectáculo!
Se caracteriza por los guijarros blancos y sus aguas de un azul intenso. La playa de Les Cases es apta para el baño con niños; cuenta con numerosos servicios y luce bandera azul. Se extiende a lo largo de su paseo marítimo y ofrece un puerto deportivo con 129 amarres para embarcaciones de vela.
Una vez aquí, no dudes de disfrutar del aroma tradicional de Les Cases d’Alcanar, zona de pescadores que todavía conserva toda su personalidad y donde siempre es posible degustar su gastronomía basada en suquets y pescado fresco.
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