¿Has escuchado hablar del efecto Bilbao? Seguro que cuando termines de leer este post solo querrás escaparte a la capital de Vizcaya. Y es que, esto es lo que produce hablar de esta joya del País Vasco.
Pequeña y coqueta, desde finales de los noventa va conquistando a los modernos gracias al museo Guggenheim, al Museo de Bellas Artes, sus pequeñas galerías de arte y sus festivales musicales como el BIME y el Bilbao BBK Live. Y a los más tradicionales, por su conocida gastronomía -Bilbao es una de las ciudades donde mejor se come del mundo- y sus clásicos barrios.
La primera parada en esta escapada a Bilbao la haremos en el moderno Museo Guggenheim, uno de los museos de arte contemporáneo más famosos del mundo. Este museo se inauguró en 1997 y fue diseñado por el arquitecto Frank Gehry. Todo un símbolo del nuevo Bilbao.
El Museo Guggenheim cuenta con una colección propia que complementa con las colecciones del resto de los museos Guggenheim del mundo. Hay obras de los artistas más importantes del siglo XX, como Eduardo Chillida, Yves Klein, Willem de Kooning, Jeff Koons, Antoni Tàpies o Andy Warhol, entre otros. Además, siempre hay una buena oferta de actividades culturales y musicales organizadas, por lo que te recomendamos que eches un vistazo a su programación.
Si quieres seguir descubriendo los museos de la ciudad acércate hasta el Museo de Bellas Artes de Bilbao en el parque de Doña Casilda – un parque ideal para relajarse viendo los patos en su lago-, donde se exponen más de 6.000 obras pictóricas entre las que encontramos La Anunciación de El Greco, Bañistas de Cézanne o Lavanderas en Arlés de Gauguin.
¿Eres amante del mar? Acércate hasta el Museo Marítimo, ubicado donde se encontraban los antiguos astilleros y la famosa grúa Carola de color rojo.
Los Jardines del Arenal es la entrada al centro histórico de la ciudad, también apodado las Siete Calles. En tiempos pasados aquí se encontraba el puerto. Un paseo bonito y tranquilo coronado por árboles, fuentes y un kiosco, donde se puede ver el Teatro Arriaga y las torres de San Nicolás.
El corazón de la ciudad se ubica a pocos metros: la Plaza Nueva, donde están los organismos gubernamentales, la Real Academia de la Lengua Vasca y buenos bares para para hacer una parada y probar los riquísimos -y cotizados- pintxos de la ciudad y un buen txakoli. Muy cerca de la Plaza Nueva, en la calle Ronda, nació Miguel de Unamuno, que tiene una plaza en su honor.
Una de las iglesias que no puedes perderte en Bilbao es la Iglesia de San Antón que desde siempre dicen que protege a la ciudad de las aguas. Tampoco puedes dejar de ver la Basílica-Catedral de Santiago, más antigua que la ciudad misma, de estilo gótico.
Lugar por excelencia para hablar de la gastronomía de Bilbao es el Mercado de la Ribera, que no puedes perderte ya que aquí descubrirás los mejores productos de la zona, con el que hacen arte en las cocinas vascas. Echa un vistazo al bacalao con el que se hace el Pilpil, uno de los platos estrella en los restaurantes de Bilbao.
La calle Correos es el lugar para comprar por excelencia, pero además de entrar en alguna tienda sube la vista y fíjate en los impresionantes edificios con fachadas barrocas y escudos familiares.
Éste es uno de los espacios socioculturales más importantes de la ciudad e ideal para visitar con los más pequeños de la casa, ya que pueden jugar y divertirse sin problemas. Cuenta con 43.000 metros cuadrados de superficie, en varios pisos, y antes era el viejo almacén de vino de la ciudad. Un edificio de arquitectura modernista, declarado Bien de Interés Cultural y rediseñado por el gran arquitecto Philippe Starck. Dentro de él, no pierdas detalle de las famosas 43 columnas que sujetan su atrio principal, todas diferentes entre sí.
Cuando el Casco Viejo empezó a ser pequeño para los bilbaínos, se fijaron en París y Londres para crear un ensanche. La Gran Vía, llena de tiendas y bancos, es su centro neurálgico y muy cerca se encuentra el Palacio Foral.
Pasea también por la Alameda de Urquijo, la calle Elcano y entra en la concurrida Licenciado Poza donde se encuentra el edificio modernista Guridi. La Plaza Moyúa también te llamará la atención por sus edificios modernistas y el impresionante Hotel Carlton.
Siguiendo el estilo modernista, en la Alameda Recalde destaca la casa Montero.
En esta zona de Bilbao fíjate en sus bocas de metro diseñadas por el arquitecto Norman Foster y conocidas popularmente como Fosteritos.
Sobre la ría del Nervión se encuentra este puente peatonal muy recorrido por turistas cada día. llama la atención por su diseño en blanco y porque fue diseñado por el reconocido arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Éste junto al museo Guggenheim, son símbolos del nuevo Bilbao.
Si te gusta ver las ciudades en su máximo esplendor, lo mejor es buscar un mirador, y nosotros te proponemos acercarte hasta el monte Artxanda. Desde aquí podrás observar las mejores vistas de Bilbao, el Casco Viejo, el Museo Guggenheim, la Torre Iberdrola y las colinas que rodean el centro de la ciudad.