¿Qué ver en Toledo si solo se cuenta con un día? Te damos las claves para conocer la ciudad del Tajo en un abrir y cerrar de ojos. Es una escapada ideal si se está de vacaciones en Madrid, a la que merece la pena hacerle un hueco. Por sus calles empedradas y laberintos subterráneos han pasado siglos de historia. Lo primero que no debe echarte para atrás es la enorme carga cultural y monumental que arrastran sus iglesias, plazas y jardines. A Toledo hay que ir a disfrutar y a conocer, guiados por los versos del escritor Gustavo Adolfo Bécquer, que a mediados del siglo XIX escribió: “En nombre de los poetas y de los artistas, en nombre de los que sueñan y de los que estudian, se prohíbe a la civilización que toque uno solo de estos ladrillos con su mano demoledora y prosaica”. Eso sí, te aconsejamos que hagas noche en Toledo para empezar la jornada bien tempranito y descansado.
También conocida como la Ciudad de las tres culturas, Toledo acoge la segunda catedral más grande de España. Iniciada en 1226 y de estilo gótico, aunque anteriormente, como suele ser habitual, hubo un templo visigodo y una mezquita en el mismo asentamiento. Su imponente fachada no hace justicia a un interior repleto de joyas, desde el coro, que alberga una sillería de estilo renacentista, hasta un campanario que soporta una campana de más de 18 toneladas. Reabre el 22 de enero con su «espectacular» sala capitular restaurada.
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Pasear y recorrer Toledo te va a permitir viajar en el tiempo, a momentos en los que la convivencia entre cristianos y musulmanes fue más o menos amistosa. La mezquita adquirió su nombre tras la reconquista, en el siglo XII. Fue construida originalmente dos siglos antes y es, junto con la de Córdoba, de los pocos restos originales que se conservan de aquella época. Sin embargo, en Toledo, encontraras hasta otra más antigua: la mezquita de las Tornerías. Además de su bella fachada y su interior, construido a partir de arcos de herradura, no puedes pasar por alto la calzada romana, que data del siglo I, pegada al exterior
Todos los rincones que ver de Toledo merecen atención. Pero en especial destacan por su singularidad aquellos ligados a la cultura judía y el arte mudéjar. Entre ellos varias sinagogas como la de Santa Maria la Blanca o la que nos ocupa, la del Tránsito, en la antigua judería toledana. La construcción, además, cobija bajo sus paredes el Museo Sefardí, los descendientes de los judíos que fueron expulsados de la península uno de los más completos de toda la geografía española.
Dominando la ciudad, a más de seiscientos metros de altitud, se encuentra el célebre Alcázar. Hoy sede de un Museo del Ejército, repleto de todo tipo de materiales, que abruma por su grandiosidad. La construcción es de época de Carlos V, aunque previamente, por su localización, ahí se levantaron fortalezas romanas o musulmanas. Un carácter defensivo que casi siempre ha tenido. Las historias como cárcel o sede de diferentes ejércitos se amontonan a lo largo de los años. ¿Un secreto? Déjate caer por la biblioteca, desde ahi tendrás las mejores vistas de Toledo.
Visitar monasterios cada día es más sencillo. La comunidad religiosa a lo largo de estos últimos años ha tenido que ir abriendo muchas de sus sedes, que durante siglos habían permanecido cerradas. El Monasterio de San Juan de las Reyes, mandado construir por los Reyes Católicos a mediados del siglo XV, tiene uno de los claustros más impresionantes que se pueden visitar en España. Dispuesto de dos alturas, llama la atención por su riqueza iconográfica y sus veinte ventanales. Un tesoro, que se añade a la riqueza del gótico isabelino propio del interior
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Acercarse a ver Toledo también implica conocer a El Greco. El pintor cretense y su característica manera de pintar, de tonos oscuros y formas alargadas, inunda hasta los lugares menos pintorescos de la capital castellano-manchega. El museo, situado en la zona de la Judería, ocupa dos edificios, una casa del siglo XVI y un palacio renacentista. En el podemos encontrar la última etapa del pintor, probablemente la más manierista y mejor valorada de toda su producción. Entre las obras más importantes están Las lágrimas de San Pedro o El Cristo Crucificado. Pero si quieres ver el Entierro del Conde Orgaz tendrás que desplazarte hasta la iglesia de Santo Tome, su actual sede
Por último te indicamos algunos de los lugares más característicos desde donde poder disfrutar de unas vistas inmejorables de la ciudad. A la que te hemos indicado desde la Biblioteca Regional, situada en el Alcázar, has de añadir la del Torreón del Azor, la del Castillo de San Servando y la de otra minarete característico, la de la torre de la iglesia de San Ildefonso. Para todas tendrás que pagar una entrada, por eso te recomendamos que si quieres ahorrarte unos euros, hagas uso de la pulsera turística con la que puedes visitar siete monumentos diferentes.