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Primero fue Bizancio, próspera ciudad helénica concebida para dominar el estrecho de Bósforo (que conecta el Mar de Mármara con el Mar Negro). Luego Constantinopla, capital del Imperio romano de Oriente. Y, desde su traumática caída en 1.453, Estambul (capital del Imperio Otomano y actualmente de la República de Turquía). Hay muy pocas ciudades en el mundo con un peso histórico, simbólico y cultural equiparable al de esta ciudad. Que, además, es frontera entre Europa y Asia.
La actual Estambul es fiel depositaria de todo ese legado. Un lugar con infinidad de cosas que ofrecer al visitante. La llamada “ciudad de los tres nombres” es también conocida, con todo merecimiento, como “la ciudad de los gatos”. ¿Quieres saber por qué? ¿Descubrir algunas de las maravillas que puede ofrecerte? ¡Vamos allá!

¿Por qué se conoce a Estambul como la ciudad de los gatos?

Casi puede decirse que gatos y Estambul sean sinónimos el uno del otro. Se estima que el número de ejemplares en la ciudad asciende a cientos de miles. Al menos 125.000 de ellos son callejeros.
¿Cómo es posible? Se deben tener en cuenta varios factores. En primer lugar, la existencia de numerosas e intrincadas callejuelas, plagadas de recovecos. En segundo lugar, la tipología de las edificaciones (predominio tradicional de la madera). Por último, la presencia de las actividades portuarias y mercantiles. Condiciones, todas ellas, óptimas para el desarrollo de grandes colonias de roedores. La presencia de los gatos, sus predadores naturales, combatía este hecho tanto en las calles como a bordo de los buques.

Además de estas teorías, es cierto que el islam experimenta un cariño o preferencia significativo hacia estos animales. Para los musulmanes, los gatos son prácticamente sagrados. Se cree que Mahoma predicaba siempre con un gato a su lado.  Según la creencia religiosa, en una ocasión, su mascota le salvó la vida al pegarle un manotazo a una serpiente venenosa que estaba a punto de morder al profeta mientras rezaba arrodillado. A partir de entonces Mahoma decidió darle protección a todos los gatos que aparecieran por su camino, siendo los animales favoritos del profeta.

“Si le haces daño un gato tendrás que construir una mezquita para que Dios te perdone»

Frase popular Turca
Gato obre telas en Estambul

Los 11 imprescindibles para tu visita a Estambul. Visita Estambul bien informado

Hay muchísimas cosas que ver en Estambul. Y que hacer. Vamos a ofrecerte once recomendaciones que harán que disfrutes de tu visita al máximo y regreses a casa con un gran sabor de boca.

1. Visitar Santa Sofía (Santa Sabiduría)

Esta estaba clara ¿no? Justiniano I deseaba un templo a la altura de la capital de ese gran imperio que se encontraba en vías de recuperar. Y ordenó la construcción de esta basílica en el año 532 d.C. Para ello, se trajeron materiales desde Siria, Grecia o Egipto. Y se ordenó la participación de más de 10.000 personas. El resultado fue una construcción única e icónica. Destacada en el exterior por sus cúpulas y torres. Y en el interior por sus bóvedas, pechinas, arte mural y numerosas reliquias de santos. Uno de los grandes templos de la historia.

Mezquita Santa Sofía, Estambul

2. Adentrarte en La Cisterna Basílica (o el Palacio Sumergido)

Las famosas cisternas de la ciudad eran, ante todo, una estructura de naturaleza defensiva. Pues permitían contar con agua abundante aún durante los asedios. Esta, en concreto, podía almacenar entre 80.000 y 100.000 m³. Sorprendentemente, el interior de esta cisterna en concreto es realmente hermoso. Para mantener los techos se colocaron hasta 336 columnas, traídas desde templos paganos. Son también célebres algunas de sus bases, con la cabeza de Medusa tallada. Actualmente, el nivel del agua se mantiene muy bajo. Uno de los lugares más curiosos que visitar en Estambul.

3. Pasear por El Gran Bazar

Hasta 45.000 m² de zona comercial, distribuidos en las docenas de avenidas y calles que acogen a sus más de 4.000 tiendas. Aquí podrás encontrar casi cualquier artículo imaginable. Sin embargo, lo que hace realmente especial al Gran Bazar es su esencia artística. Desde la monumentalidad de sus puertas hasta la gran belleza de sus pasillos abovedados interiores, repletos de decoración. Y lo abigarrado de algunos escaparates o los espectáculos de color y formas de las tiendas de lámparas y cerámica. Cuenta, además, con algunos patios y cafeterías en los que disfrutar de la gastronomía local.

Gran Bazar de Estambul

4. Navegar por el Bósforo

Apuesta por realizar la navegación cerca del atardecer o bien de noche. Un paseo tranquilo por una confluencia entre mares, continentes y culturas. Que te permitirá disfrutar de unas vistas que no son posibles desde ningún otro punto de la ciudad. Y de unas panorámicas privilegiadas del Palacio de Dolmabahce o la Mezquita de Ortaköy. Algunas de las visitas cuentan con guías en español. Y la mayoría ofrece un extra con cena o degustación de aperitivos propios de la región (los dulces suelen ser muy apreciados).

5. Disfruta de una bebida caliente en el Café de las Alfombras

El barrio de Üsküdar ofrece uno de los mejores atardeceres de la ciudad (si no el mejor). Puedes tomar un barco público (desde el puerto de Eminönü) media hora antes para desplazarte hasta el lugar. Una vez allí, compra un té o un café en uno de los quioscos. Acomódate sobre una de las alfombras cercanas al mar y disfruta de tu bebida mientras el sol cae. Si eres de los que gusta en sacarse muchas fotos, desde aquí lograrás algunas memorables.

6. Asómate desde la Torre de Gálata (o Torre de Cristo)

Una imponente torre medieval de 66, 9 metros de altura y estilo románico. Ofrece unas magníficas vistas del Cuerno de Oro y su entorno. Lo más curioso de esta torre es que supone un pedazo de Italia inserto en medio de la ciudad. De hecho, fue construida por colonos genoveses en el año 1348.
Una curiosa leyenda asegura que Hezârfen Ahmed Çelebi se lanzó desde ella en torno al año 1630. Y que, gracias a unas alas artificiales, logró llegar volando hasta las colinas de Üsküdar. ¿Te lo crees?

Torre de Galata, Estambul

7. Conoce las sedes del poder imperial otomano: Palacio de Topkapı y Palacio de Dolmabahçe

Ambos son diametralmente distintos e igualmente majestuosos.
Topkapi fue sede del poder turco prácticamente desde la toma de la ciudad y hasta el año 1853. Junto al complejo que le sirve, suma 700.000m2 de extensión, y presenta elementos totalmente reconocibles para una edificación de corte islámica.
Dolmabahçe sucedió al primero y supone un acercamiento del estado a la cultura europea. Su maravillosa fachada neobarroca es un claro ejemplo de ello. Así como algunas de sus salas, que casi podrían pasar por propias de un palacio parisino.

8. Relájate en un baño turco

Los baños turcos (o hamán) proponen una experiencia similar a la de las saunas europeas actuales, aunque el elemento principal es el vapor. También se suelen incluir lavados exfoliantes y masajes. Uno de los aspectos más valorados por el turista occidental es la peculiar ambientación de estos lugares. Algunos son muy coloridos o incluso auténticas obras de arte. Estambul cuenta con un gran número de baños turcos. Tal vez el más famoso de ellos sea Hamam de Cemberlitas (más bien tradicional). Aunque quizá el aparente lujo de Cagaloglu Hamam o Catma Mescit Hamami agrade más a algunas personas.

Baño turco, Estambul

9. Asiste a una danza de Derviches Giróvagos

Esta singular ceremonia es considerada uno de los patrimonios inmateriales más importantes de la cultura sufí. En realidad, la llamada Sama, más que un baile es un ritual de meditación que evoca el movimiento planetario. Los participantes giran y giran al son de música de tambores y flautas. Tratan de desprenderse del ego y alcanzar un estado de éxtasis místico que permita a su alma ascender hacia la divinidad. Es posible observar estas danzas si uno acude a determinados centros culturales (es mejor reservar las entradas previamente).

10. Recorre el viejo Hipódromo

Tal vez hayas visto una representación de las carreras romanas en alguna que otra película de renombre. Lo cierto es que el hipódromo de la ciudad proviene de esa época en la que esta aún formaba parte de Roma. Las carreras eran tanto o aún más populares que los espectáculos deportivos que existen hoy día. Y, tras la reforma de Constantino el Grande, este recinto podía llegar a albergar a más de 100.000 personas. Los equipos se establecían por colores y las rivalidades eran acérrimas. El recinto cuenta con numerosos obeliscos y monumentos.

11. Callejea por la ciudad

Visita el Mercado de las Especias o las calles de Çukurcuma e Istiklal. O la Plaza de Taksim, donde hay numerosos restaurantes en los que probar algunas de las exquisiteces de la gastronomía turca. Karakoy, por su parte, es un barrio conocido por su intensa vida nocturna. Icadiye quizá suene a los fanáticos de las telenovelas turcas, pues en él se han rodado varias de ellas. Dedica parte de tu visita a pasear, pues es la mejor forma de descubrir lugares que se encuentran fuera de cualquier guía y que resulten interesantes para ti.

Puesto de especias en Estambul


¿Aún quieres más? Pues esto es solo el principio, ya que Estambul tiene todo un mundo que ofrecer. Siglo tras siglo, continua entre nosotros ese aire romántico y exótico de las viejas leyendas. Hoy, visitar la ciudad es más fácil que nunca. Así que… ¿a qué esperas? ¡Organiza tu viaje a Estambul y disfruta de estos planes y muchos más!

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