Francia es un país fascinante, con incontables razones para recorrértelo de arriba a abajo. Y si además quieres viajar con tus hijos, nos atrevemos a decir que no hay mejor ciudad que París para hacerlo: Eurodisney, Parque Astérix, la Torre Eiffel, intentar encontrar al jorobado en Notre-Dame… pero si tras este increíble viaje quieres meterte a tus hijos en el bolsillo, te proponemos el plan perfecto para continuar con el subidón: cocinar con los niños un Ratatouille, la receta de la película. Creednos, es una buena forma de que vuestros hijos coman verdura.
Se cree que el origen de esta receta data del siglo XVIII y nació en la región de los Alpes Maritímos, cerca de la ciudad de Niza. Aunque no está del todo demostrado, se dice que el nombre proviene de una derivación del verbo touiller , que se traduce como remover. Aunque esta receta típica de la gastronomía francesa, que muchos comparan con nuestro pisto manchego, tiene hoy en día 3 versiones, nosotros vamos a explicar la más sana y la más fácil de hacer con vuestros niños.

Ingredientes Receta Ratatouille
- 1 berenjena
- 2 calabacines
- 2 tomates grandes
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo
- 1 cebolla blanca grande
- 2 dientes de ajo
- 1 cayena (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Hierbas provenzales (orégano, tomillo, romero, etc)
Pasos Receta Ratatouille
- Cortamos la berenjena en rodajas de menos de un centímetro y las ponemos en un colador con una pizca de sal para que suden. Es la forma más fácil de que pierdan su acidez.
- El resto de verduras y hortalizas las cortamos también en rodajas del mismo tamaño que la berenjena. En el caso de los tomates, el pelarlos o no es al gusto.
- Pelamos y picamos los ajos muy finitos. Si se quiere darle un toque picante a la receta, es el momento de picar la cayena junto al ajo.
- Aquí entran en acción los niños. Mientras precalentamos el horno a 180º C, en una fuente apta para horno y con cierta altura (que sobresalga de las verduras mínimo un par de centímetros), vamos colocando las rodajas de todas las verduras y hortalizas en vertical, en forma de espiral, bastante pegadas unas a otras e intercaladas. El orden adecuado sería berenjena, tomate, calabacín, pimiento rojo, cebolla y pimiento verde, pero si lo vuestro es el desorden, improvisad.
- En un cuenco mezclamos un buen chorro del aceite oliva virgen extra, el ajo picado y la cayena en caso de que hayáis decidido que la receta tenga un toque más interesante. Una vez bien mezclado lo aderezamos por encima de las verduras y hortalizas colocadas en la fuente, teniendo cuidado de intentar regar todas con nuestro preparado. Terminamos esparciendo un poco de sal y pimienta sobre ella, al gusto.
- Colocamos la fuente en la rejilla de horno, que recordemos que estaba precalentado a 180º C. Colocaremos todo en la rendija más baja del horno para evitar que las verduras se tuesten por arriba y dejaremos cocinar aproximadamente 40 min, aunque vigilando de vez en cuando por si las verduras se ponen tiernas y toca retirarlo antes de tiempo.
- Se puede servir como plato principal o como acompañamiento para un buen pescado al horno o una carne a la plancha. ¡Que aproveche!
Solo para que quede constancia, os contamos que existe otra versión de la receta que se hace en cazuela, quedando la textura de las verduras y hortalizas muy diferente, parecida como hemos dicho antes al pisto manchego. Por si te animas, te dejamos un breve resumen de cómo se haría esta versión:
- Ponemos a calentar aceite en la cazuela y primero sofreímos la cebolla, cuando esté blanda añadimos los pimientos y los ajos enteros y cocinamos durante unos 7-8 minutos. Salamos y retiramos en un plato.
- En la misma cazuela freímos por separado la berenjena y el calabacín, añadiendo aceite si hace falta.
- Luego sofreímos los tomates pelados y en trozos con las hierbas provenzales. Vamos aplastándolos con la cuchara de madera hasta que queden como una salsa y estén bien cocidos; en ese momento añadimos todas las verduras, removemos con cuidado y dejamos cocer unos 20 minutos más.
Como habéis comprado es una receta muy fácil de hacer y que permite que los niños nos ayuden un poco en la cocina, que nunca vienen mal, aunque al final estemos más pendientes de que no se corten un dedo o no metan la mano en el horno…