Facebook Twitter Pinterest Linkedin Google + Email Whatsapp Telegram

Todavía sumergidos en la resaca de Halloween, no queremos abandonar la atmósfera de terror que tantos buenos ratos nos ha hacho pasar. Todo lo contrario. El terror de Halloween nos sirve de excusa para hablar de un tipo de turismo cuya aparición es relativamente reciente y que en España está dando sus primeros pasos. Nos referimos al necroturismo (de necros > cuerpo o muerto), tanatoturismo (de tánatos > muerte) o turismo de cementerios, que consiste en realizar itinerarios turísticos con un único hilo conductor: los cementerios de las distintas ciudades. Por ejemplo, en Europa existen diversos itinerarios relacionados con el necroturismo que conectan destinos tan emblemáticos como París, Roma, Granada, Viena, Estocolmo, Londres, Praga, Santander, Florencia, Oporto, San Sebastián, Atenas, Bucarest… Todos ellos están integrados en la Ruta Europea de los Cementerios, que, en conjunto, reúne 49 ciudades de Europa desde Tallín a Dublín y de Málaga a Oslo.

Si no te resistes al lado oscuro, adéntrate en el turismo de cementerios 2

Ciudades de la Ruta de los Cementerios (clicar dos veces en la imagen para ampliarla). Foto procedente de http://www.cemeteriesroute.eu/.

La filosofía que hay detrás de esta clase de turismo procura realzar el valor histórico y artístico de muchos de los camposantos que hay en el mundo. Actualmente, existe una institución que agrupa a aquellas organizaciones públicas y privadas que defienden la importancia artística e histórica de los cementerios y que se preocupan por difundir la práctica del necroturismo, no siempre libre de superstición y superchería: la Asociación de Cementerios Singulares en Europa, conocida en inglés como Association of Significant Cemeteries in Europe. El objetivo de esta red europea de organizaciones es reconocer a las necrópolis europeas como una parte importante del patrimonio de la humanidad y despertar la conciencia de las personas respecto al importante rol cultural que desempeñan. Hay que tener en cuenta que muchos de estos camposantos presentan expresiones artísticas de movimientos como el neoclasicismo, el romanticismo, el modernismo, el neogótico… A menudo, los cementerios son elegidos por albergar determinados personajes históricos, como Émile Zola en París o George Eliot en Londres.

Si no te resistes al lado oscuro, adéntrate en el turismo de cementerios 3

Cementerio de Montparnasse, en París. Foto de couscouschocolat (Flickr), Wikimedia Commons.

Si no te resistes al lado oscuro, adéntrate en el turismo de cementerios 4

Cementerio de Highgate, en Londres. Fotografía de maggieven flickr, Wikimedia Commons.

España presume de ser el país que tiene más cementerios incluidos en la Ruta de Europea de los Cementerios, con dieciocho, aun encontrándonos en los albores del necroturismo. Hace apenas un par de semanas se incorporó otra necrópolis española a la Ruta Europea de los Cementerios: el cementerio de Ciriego, en Santander, que data de 1832. Ciriego se suma a camposantos tan emblemáticos como el cementerio de La Almudena, en Madrid, o el cementerio de Monturque, en Córdoba, que es el único que contiene una zona arqueológica declarada Bien de Interés Cultural por sus enormes cisternas romanas. La oferta necroturística de la Ruta Europea de los Cementerios en España no se limita a ambas ciudades, sino que se amplía a un total de ocho comunidades autónomas: Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía. Otros camposantos de esta ruta europea son el cementerio de Comillas (Cantabria), el cementerio Inglés (Málaga), el cementerio de Valencia, el cementerio de Polloe (San Sebastián), el cementerio de Montjuic y el de Vilanova y Geltrú (ambos en Barcelona). Lógicamente, algunas de estas necrópolis se pueden visitar por la noche…

Si no te resistes al lado oscuro, adéntrate en el turismo de cementerios 5

Rincón del cementerio de Zentralfriedhof, en Viena. Foto de HeinzLW, tomada de Wikimedia Commons.

Si no te resistes al lado oscuro, adéntrate en el turismo de cementerios 6

Panteón de los vizcondes de Llanteno, en La Almudena. Fotografía de Luis García, W. Commons.

Si no te resistes al lado oscuro, adéntrate en el turismo de cementerios 7

El Ángel Exterminador de Josep Limona, en el cementerio de Comillas. Foto de P. B. Obregón, W. Commons.

Recientemente, el Consejo de Europa, a través del Instituto Europeo de Itinerarios Culturales, ha impuesto a la Ruta de los Cementerios la mención de «Itinerario Cultural del Consejo de Europa». Con ello, el Consejo se propone promover nuevas formas de encuentro entre jóvenes, revalorizar un patrimonio que no es suficientemente apreciado y difundir los valores culturales europeos, todo ello con la intención de reforzar el sentimiento de pertenencia de los ciudadanos a la Unión Europea. El primero de los «itinerarios culturales» fue el Camino de Santiago (1987) y luego se fueron incluyendo algunos tan llamativos como «Los Celtas» (1990), «Las rutas de los vikingos» (1992), «El humanismo» (1994), «Rutas del legado andalusí» (1997), «La Vía Regia» (2005) o la «Ruta de Don Quijote» (2007).

Si no te resistes al lado oscuro, adéntrate en el turismo de cementerios 8

Panteón en el cementerio de Montjuic. Foto de Enfo, Wikimedia Commons.

Como vemos, el necroturismo esconde más de un secreto tras el encanto que desprende el misterio de los cementerios, con sus fantasmas, espectros y espíritus… ¿Quién será el primer destiniano que se atreva a adentrarse en el inquietante turismo de cementerios?

Facebook Twitter Pinterest Linkedin Google + Email Whatsapp Telegram

Acerca del autor

Artículos relacionados

Comentarios

  • Viajeroscallejeros noviembre 8, 2012 at 4:39 pm

    Nosotros disfrutamos muchísimo de la visita al cementerio de París y Londres…

  • mpconcepcion noviembre 8, 2012 at 4:44 pm

    Me sorprende mucho que no se incluya el cementerio de Moscú, es el único cementerio que he visitado durante un viaje!
    Es muy curioso el necroturismo, aunque reconozco que son una parte importante de las diferentes culturas, por eso mismo en algunas culturas como la española puede llegar a verse como una falta de respeto.