Hasta el próximo 15 de julio, Rusia es el epicentro de atención por el Mundial de Fútbol. Si eres de los afortunados que vas a poder disfrutar de este evento en vivo y en directo, te dejamos una serie de recomendaciones para que, además de animar a La Roja (o a la selección que tú quieras), tu estancia sea de diez. Toma nota de nuestras recomendaciones para hacer turismo durante el Mundial de Rusia 2018.
No olvides llevar contigo el pasaporte e ir al consulado para conseguir un visado ruso, ya que para viajar a Rusia no vale con llevar solo el DNI. Pero si tienes entrada para algún partido del Mundial es obligatorio sacar el ‘FAN ID’, un identificador personal para cada aficionado, sin coste extra, que te permitirá viajar a Rusia sin la necesidad de visado (exención entrada a través del territorio de la República de Bielorrusia).
Es muy importante evitarlos, por eso es clave pedir el taxi con antelación a una empresa oficial. Cuando llames pide que te indiquen el lugar exacto donde te esperará el taxista. La web líder en Moscú y otras grandes ciudades de Rusia para este servicio es Yandex Taxi (en ruso, Яндекс Такси): está en inglés y puedes descargarte la app. Otra alternativa para salir del aeropuerto es usar el tren
Moverse desde Moscú para visitar tooodas las ciudades que acogen algún partido suma un periplo de miles de kilómetros. Piensa que solo Ekaterinburgo dista a 1.770 kilómetros de Moscú; Sochi, a 1.620km y Kaliningrado, ciudad que el 25 de junio acoge el partido de la selección española contra Irán, a 1.250 km.
Con tu FAN ID podrás reservar billetes gratuitos para el transporte ferroviario, para viajar a las ciudades organizadoras de las competiciones. Para una mejor comodidad, se han dispuesto de 734 adicionales trenes.
¿Conoces el Índice Big Mac? La prestigiosa revista The Economist lo elabora cada año para comparar el poder adquisitivo entre los países. Así, una hamburguesa Big Mac cuesta de media en Estados Unidos 5,28 dólares (unos 4,55€ al cambio); la media en la Unión Europea es de 4,84$ (4,17€) y en Rusia, de 2,28$ (1,96€). Recuerda que 1€ equivale, más o menos, a 73,5 rublos.
Moscú es una de las ciudades más caras del mundo –sobre todo por los alquileres– y San Petersburgo no le queda a la zaga. A veces, además, pagamos el precio de ser turistas y por algunas cosas te pueden cobrar más que a un ruso.
En realidad no hay grandes diferencias entre Rusia y España, cuando vas por la calle, entras en un restaurante o un hotel. Eso sí, en Rusia saludar a un desconocido con un beso o abrazo, como hacemos en España, no es lo más conveniente. Es un protocolo para relaciones con mucha confianza –familiares que hace mucho que no se ven–. Con un apretón de manos, tanto a hombres como mujeres, es más que suficiente para saludar o despedirse. Y si visitas la casa de algún amigo, no olvides quitarte los zapatos al entrar.
Señalizado con una gran M roja, el metro de Moscú tiene 13 líneas, 245 estaciones y una decoración más propia de una colección privada. Un empleado se sienta en una cabina de vidrio en la parte inferior de muchas escaleras mecánicas, algunas de las cuales son tan profundas y largas que no puede ver el otro extremo. Para guiarse en medio de los letreros en cirílico, hay bastantes señalizaciones y anuncios en inglés para guiar a los visitantes, aunque en algunos lugares más inhóspitos puedes llegar a sentirte perdido.
Metrotour ha preparado una ruta especial para aquellos que se acercan a la capital a animar a sus equipos favoritos y quieren descubrir la ciudad. Los tours se realizan en inglés del 10 de junio al 15 de julio de 2018, a las 11:00 de la noche, y durante el recorrido se pueden ver las estaciones más bellas y aprender muchas historias emocionantes relacionadas con la construcción y operación del Metro de Moscú. Una parte de la excursión pasa por la parte más nueva: el Círculo Central de Moscú, es el tramo más pintoresco desde el que se puede obtener una maravillosa vista de los principales lugares de interés de Moscú.
La antigua Leningrado es hoy la segunda mayor metrópolis rusa –suma más de cinco millones de habitantes– y se ha erigido en la capital cultural del país. Te recomendamos sacar tiempo para una visita fugaz al Hermitage (¡imprescindible!). Conocida como la Venencia del Norte por su entramado de cuarenta islas sorteadas por canales adornados con templos ortodoxos y fachadas barrocas, neoclásicas o renacentistas, esta ciudad encandila más que nunca bajo la luz espectral de sus ‘Noches Blancas’. Al quedar tan próxima al Círculo Polar, en la ciudad no llega a hacerse del todo de noche desde finales de mayo hasta mediados de julio. ¡Vívelo!
Si tienes tiempo, la ciudad esconde palacios increíbles, testigos majestuosos de la antaño poderosa aristocracia rusa, como el Palacio (del conde) Stróganov, que fue hasta la revolcuión de 1917 una de las residencias privadas más importantes de la ciudad –la fachada que da al río está decorada con columnas dóricas, cornisas y frontón– o el Palacio Yusupov (también llamado palacio Moika), del que destacan el exótico salón árabe y un pequeño teatro familiar de estilo rococó con 180 asientos.alacio Stróganov
Ubicada en el antiguo territorio tártaro, aprovecha para descubrir algunos de los encantos de esta ciudad antes del partido de hoy contra Irán. Como el Kremlin de Kazán –con entrada por la torre Spassky–: dentro conviven la mezquita Kul Sharif –de un exterior llamativo– y la catedral de la Anunciación. Pasea por la calle Baumana, con sus comercios y restaurantes, admira la catedral de San Pedro y San Pablo y la biblioteca Zinaida Ushkova –el interior es deliciosamente fascinante– o pasea por la ribera del canal Bolaq.
Esta ciudad portuaria que acoge el partido de La roja contra Marruecos se ubica en la parte de Europa Oriental –limita con Lutuania y Polonia y pertenece a Rusia tras su anexión en 1945–, a orillas del Báltico y tiene en torno al millón de habitantes. Una urbe peculiar por su historia y plagada de iconografía soviet. Una de las atracciones de interés es el museo del Barco Vityaz –el buque ha cambiado de nombre en cuatro ocasiones a lo largo de su historia–, para conocer la historia de la navegación y de los descubrimientos geográficos. También hay una exposición dedicada al ámbar, un material muy común en Kaliningrado. Otra opción es visitar alguno de los lugares más llenos de historia como la catedral Königsberg (1380) –muy cerca de allí está la tumba del filósofo Immanuel Kant– y el Castillo Königsberg (1255).
Es mejor llevar siempre encima algo de dinero en efectivo, ya que a veces no todos los comercios admiten el pago con tarjeta. Además, te puede resultar útil al pagar también taxis, la entrada a museos, exposiciones, las propinas, etc.
En Moscú aprovecha tu estancia para ir de compras a GUM y TSUM, dos grandes centros comerciales muy próximos a la Plaza Roja. Eso sí, prepara la cartera. Si buscas marcas más asequibles, entonces tu sitio es Okhotny Ryad, también cerca de la mítica plaza. Y un poco más alejado pero céntrico, el centro comercial Evropeyskiy.
En los restaurantes, opta por los que tengan el cartel de ‘almuerzo de negocios’, que son más económicos. Allí están de moda en las grandes ciudades los «Anticafés» (Tsiferblat), donde se paga por el tiempo que estás no por lo que consumes y se puede disfrutar, además del café, de aperitivos, wifi e incluso juegos de ordenador. Por cierto, en los restaurantes es normal dejar propina. ¡Toma nota!
Los blinis son de fama internacional, pero tienes que conocer algunos de los platos más típicos y menos conocidos como el Pelmeni, una pasta rellena de carne –algo parecido a ravioli pero mucho más sabroso–; o shashlyk, carne marinada y servida en pincho; Borsh, una sopa de color roja a base de caldo de carne, con mucha verdura –es tradición que la comida del mediodía en Rusia empiecen con sopa–. En verano es típica una sopa fría que se llama Okroshka, pero no es apta para todos los paladares: se hace con verduras de verano, un poco de salchicha y kvas, una bebida rusa fermentada, que recuerda al kéfir (pero no es igual, conste).
Y si vas a beber vodka recuerda: nada de mezclarlo con tónica o naranja. Se bebe solo, en tomas rápidas, sin sorbos. Y es mejor comer un poco después de cada toma.
En Moscú, pásate por el Mercado Central o el Mercado Danilovskiy. Eliseevsky es la tienda de comida más antigua de Moscu y, aunque muy cara para comprar, es digna de ver. La encontrarás en Tverskaya, la calle central que te lleva a la Plaza Roja.
Si buscas comida típica, Mu-mu es una cadena de comida muy barata de comida casera, y encuentras locales en cada esquina. Y Varenichnaya es otra cadena cuya especialidad son los pelmeni y vareniki (estas últimas son un tipo de empanadas hervidas normalmente rellenas de dulce). Gorynich es un restaurante de comida internacional, y en Doctor Zhivago, muy céntrico, encontrarás comida rusa.
Si con la marcha de las Fan Zone no te vale, siempre te puedes dejar caer por la noche por Strelka, una antigua área industrial reconvertida en zona de ocio, arte, bohemia, bares y terrazas… O acércate a las discotecas y bares de Patriki, abreviatura con la que se conoce al barrio Patriarshiye Prudi. Ya sabes que con Mundial o sin él, Moscú se merece una escapada por sí misma.